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XI JINPING Y LA DIPLOMACIA CHINA: ENTRE LA NEUTRALIDAD ESTRATÉGICA Y LA INFLUENCIA GLOBAL

Por Sandra Ramos

Publicado originalmente en el número de abril de la revista Seguridad y Defensa Campo Marte


 



INTRODUCCIÓN

Xi Jinping, Presidente de la República Popular China, ha sido objeto de todo tipo de juicio en las últimas décadas tras su acenso al poder. Sus numerosos proyectos como la Nueva Ruta de la Seda, así como la Iniciativa de Desarrollo Global o el impulso del socialismo con características chinas, han generado gran debate en torno a su figura. Además, posturas recientes del mandatario en cuanto a conflictos internacionales como el de Rusia y Ucrania ha causado cierta desconfianza en la comunidad internacional, que sospecha de la ‘’neutralidad’’ de Xi como un arma de doble filo.

Su figura resulta, como poco, enigmática para los desconocedores de la cultura y política china y, por ello, la sociedad internacional tiende a sucumbir a una narrativa que está creada en base al desconocimiento de cómo funciona la política y sociedad china, centralizada en el líder Xi Jinping.

Pero, entonces ¿cómo se puede ejercer juicio de valor sobre un líder de un país del cual se desconoce profundamente su cultura y organización política? ¿A qué corresponde la ‘’neutralidad’’ ejercida por Xi Jinping?

Para conocer el papel político que Xi está ejecutando durante su mandato es necesario comprender sus antecedentes históricos, el funcionamiento de la política exterior del país que gobierna y, sobre todo, el perfil que este ha decidido adoptar como líder político.

 

 

EN PRIMER LUGAR, ¿QUIÉN ES XI JINPING?

Xi Jinping, nacido en Beijing en 1953, es, desde 2012, el Secretario General del Partido Comunista de China (principal partido político del país). Asumió el cargo de Presidente de la República Popular de China en el año 2013 y, desde entonces, se ha consagrado como una de las figuras políticas más relevantes en la historia del país.[1] Cabe destacar que ha sido reelegido como presidente de la RPC[2] hasta en tres ocasiones, la última habiéndose producido en la XIV Asamblea Popular Nacional celebrada el 10 de marzo de 2023.

Ingeniero Químico de profesión, Xi se ha convertido en la cara visible de China, que, desde comienzos del siglo XXI, ha llevado a cabo un imparable ascenso como superpotencia económica con fuertes capacidades militares y diplomáticas.

Aunque, actualmente se trata de uno de los políticos con más relevancia a nivel global, poco se conoce acerca de su pasado y cómo se ha convertido en uno de los líderes que, sin duda alguna, pasará a formar parte de la historia de la República Popular China.

 

Xi Jinping, proveniente del condado de Fuping, provincia de Shaanxi, China, es hijo de un reconocido personaje en la historia china del siglo XX, Xi Zhongxun, que ocupó el cargo de viceprimer ministro de China y fue uno de los primeros camaradas del mundialmente conocido Mao Zedong. Sin embargo, la carrera política de su padre no duró mucho y acabó cayendo en desgracia, especialmente durante la Revolución Cultural (1966-1976), cuando comenzó a criticar de manera abierta las acciones que su gobierno había decidido emprender durante el incidente de la Plaza de Tiananmén de 1989. En sus primeros años, Xi Jinping disfrutó de una infancia relativamente acomodada, dentro de la élite política gobernante en la capital.

Sin embargo, todo cambiaría con la llegada de la Revolución Cultural, pues, cuando su padre fue desvinculado del Partido Comunista de China, Xi y toda la familia tuvieron que emigrar al campo en el año 1969 en la provincia, por aquel entonces, mayoritariamente rural, de Shaanxi, donde trabajó durante varios años como obrero en una comuna agrícola. Sería este trabajo el que le haría desarrollar un estrecho vínculo con el campesinado local, lo que, en su ascenso dentro de las filas del Partido Comunista de China, le proporcionaría credibilidad y compromiso con el pueblo como punto a favor.

Posteriormente, en el año 1974, Xi comenzó su andadura política patriótica afiliándose al PCCh como secretario y al año siguiente dio inicio a su etapa universitaria estudiando ingeniería química, como ya se ha mencionado anteriormente, en la Universidad Tsinghua de Pekín. Licenciado en el año 1979, Xi centró sus esfuerzos en la política, dedicándose durante tres años a apoyar al viceprimer ministro y ministro de Defensa Nacional del gobierno central chino, Geng Biao, como secretario.[3]

 

 

ASCENSO POLÍTICO Y VIDA FAMILIAR DE XI JINPING: DE SECRETARIO A PADRE DE UNA ÚNICA HIJA

La centralidad política de Pekín no fue suficiente para el joven Xi, que deseaba ampliar sus capacidades. Por ello, en 1982, renunció a su cargo como secretario y decidió abandonar la capital para trasladarse a la provincia de Hebei como vicesecretario del Partido Comunista de China. Permaneció en aquel trabajo hasta el año 1985, cuando recibió el nombramiento como miembro del comité del partido y vicealcalde de Xiamen (Amoy), en la provincia de Fujian. Al tiempo de su estancia en Fujian, Xi se casó en el año 1987 con Peng Liyuan, su actual mujer que, si bien parece una figura totalmente desconocida en el mundo occidental, en tierras chinas es un personaje ampliamente conocido dentro del folclore chino, como cantante de folk. Se comenta que su popularidad como cantante es incluso superior a la de su marido en el país.[4]

Por su parte, las aspiraciones políticas del joven Xi no cesaban, por lo que, durante los siguientes años, continuó ascendiendo hasta posicionarse como vicesecretario provincial del partido en el año 1995.

Durante el trascurso de la década de 1990, Xi empleó todos sus esfuerzos en hacerse un nombre propio dentro del Partido Comunista de China, y lo hizo desde una familia proveniente de la propia política, pero con perseverancia y optando a diferentes puestos dentro del gran conglomerado político del PCCh.

Sin embargo, entre sus planes vitales no solamente se incluía la vida política, puesto que Xi Jinping vio nacer a su primera y única hija, Xi Mingze, en el año 1992, que tuvo con su mujer y formaron una familia que, sin duda alguna, ha querido pasar completamente desapercibida para el ojo público. Al igual que sus padres, Xi Mingze también ha optado por adoptar un perfil discreto, absteniéndose de aparecer frecuentemente en la esfera pública y, desde su infancia, la joven se ha educado en colegios con familias comunes. Estudió en la Escuela de Idiomas Extranjeros de Hangzhou y, según cuenta públicamente la madre, ‘’es una niña traviesa conmigo y obediente como un gatito con su padre.”[5]

En el año 1999, cuando China estaba gobernada por el aquel entonces presidente Jiang Zemin, Xi volvió a cambiar de rumbo laboral y político con un nuevo rol como gobernador interino de Fujian, cargo que, por otra parte, acabaría asumiendo por completo al año siguiente.

En su nuevo puesto, que cada vez ocupaba mayor responsabilidad, Xi tenía en mente diferentes asuntos de gobierno, entre ellos, la conservación del medio ambiente en un país cuya industrialización se había acelerado (y su contaminación medioambiental) y, por otra parte, la cooperación con la cercana isla de Taiwán, con la que existe una gran controversia acrecentada incluso en la actualidad y cuya complejidad suscita un debate más profundo.

Como se puede comprobar, Xi, desde sus inicios pasando por su etapa intermedia en la política china siempre tuvo muy presente a Taiwán, pues, como hombre de partido y representante político del PCCh, siempre ha considerado a la isla como una región más de la República Popular China y no como la República de China.

 

 

EL IMPARABLE ASCENSO POLÍTICO DE XI JINPING A COMIENZOS DEL SIGLO XXI: DECIDIDO A LOGRAR LA REVITALIZACIÓN CHINA

Con la llegada del siglo XXI, algunos expertos ya pronosticaron con antelación que este siglo sería ‘el siglo de China’. Su apertura económica y la combinación de los preceptos socialistas con un aperturismo económico propició que el gigante chino hiciese resaltar su apodo de ‘’gigante’’. A nivel internacional, el mundo se encontraba inmerso en un cambio de paradigma global con la caída de la Unión Soviética en 1991, la revolución de la tecnología de internet, la conectividad global y, por supuesto, la época que fue más beneficiosa para los Estados Unidos, conocida como ‘’Pax Americana’’ tras el fin de la Guerra Fría y la consolidación del orden internacional capitalista.

En aquel momento, China comenzaba a destacar como una potencia asiática y con grandes capacidades industriales y manufactureras. Xi, por su parte, también continuó desarrollando su imparable ascenso político, ocupando tanto el cargo de vicesecretario como el de gobernador hasta el año 2002, cuanto obtuvo un nuevo ascenso trasladándose a la provincia de Zhejiang. Desde 2003, Xi Jinping ya se había convertido en Secretario del Partido Comunista de China y, entre sus principales prioridades, se encontraba la revitalización de la infraestructura industrial en aquella provincia para promover el desarrollo sostenible. Desde sus inicios en la carrera política, Xi siempre ha otorgado gran importancia al respeto por el medioambiente y a la sostenibilidad, hecho que actualmente también se ve reflejado en la geoeconomía de China con el liderazgo en la fabricación de automóviles eléctricos y el impulso de las energías renovables.

 

Entre las miles de citas de Xi Jinping se encuentran numerosas alusiones a la preservación del medioambiente, pero sin duda, cabe destacar la siguiente ‘’La conservación ecológica y la protección ambiental son causas contemporáneas que beneficiarán a muchas generaciones futuras’’ puesto que se demuestra cómo, además de la adopción de políticas climáticas beneficiosas para el propio pueblo, Xi Jinping, de manera objetiva, también busca influir en las generaciones futuras. Se trata de una visión a largo plazo en la política, centrada en lograr un beneficio actual y a futuro para las generaciones venideras, un elemento que, por desgracia, no permanece tan presente en la mentalidad política de ciertos países occidentales.

Retomando la trayectoria del aquel entonces Secretario del PCCh en la provincia de Zhejiang, la popularidad de Xi Jinping se disparó aún más cuando en el año 2007 un escándalo en las altas esferas de la popular Shanghái le llevo a tomar el rol de secretario del partido en la ciudad. A diferencia de su padre, considerado como un reformista, Xi tenía y aún mantiene una mentalidad prudente centrado en continuar la línea de actuación del partido. Y esto es exactamente lo que llevó a cabo durante su corta estancia en la ciudad de los rascacielos, tratando de generar estabilidad financiera en una de las ciudades más populares del país.

 

Sin embargo, su carrera política daría un giro de 180 grados cuando fue elegido en octubre de 2007 como uno de los nueve miembros del Comité Permanente del Buró Político (Politburó) del PCCh, el cual se trata del máximo órgano de dirección del partido. Xi Jinping había pasado a formar parte de la alta élite política del PCCh, y esto solamente era el principio.

Desde aquel entonces, Xi comenzó a formar parte de una corta lista de posibles sucesores del, por aquel entonces, presidente Hu Jintao, presidente de la República Popular China desde el año 2003. Sin embargo, el cambio decisivo en su carrera política lo llevaría a cabo en el año 2008, cuando fue elegido vicepresidente de China. Con este importante cargo, el rumbo profesional de Xi Jinping había alcanzado un poderoso nivel, con capacidad de ejercer influencia y con estatus dentro y fuera de su país. Durante esta etapa, Xi centró sus esfuerzos políticos en mejorar las relaciones bilaterales de China con el resto de los países, que todavía tenían gran desconocimiento del auge y el funcionamiento de China. Sin embargo, todavía faltaban ciertos pasos para alcanzar la cima, que era la presidencia, pues con la vicepresidencia todavía no reunía todas las papeletas para convertirse en uno de los líderes que configuraría, posteriormente, el rumbo de las políticas actuales internacionales. Esta ‘recompensa’ la obtuvo en el año 2010, cuando fue nombrado vicepresidente de la Comisión Militar Central (CMC), una de las máximas instituciones dentro de China y sobre la que se ejerce máximo poder dentro del Ejército Popular de Liberación. En el año 2012 Xi fue reelegido miembro del Comité Permanente del Politburó y sucedió a Hu Jintao como secretario general del partido. Además, Hu decidió ceder el poder de la Comisión Militar Central a Xi.[6] 

Finalmente, la carrera política de Xi Jinping alcanzó la cima, concretamente, el 14 de marzo de 2013, cuando fue elegido presidente de la República Popular China por la Asamblea Popular Nacional, conocida también como APN, y que justamente, en marzo de 2024, se celebraron las conocidas ‘’dos sesiones’’, que fueron la segunda sesión de la XIV Asamblea Popular Nacional (APN) y la segunda sesión del XIV Comité Nacional de la Conferencia Consultiva Política del Pueblo Chino (CCPPCh).[7]

 

 

LA CONSOLIDACIÓN DE XI JINPING Y SU ‘’SUEÑO CHINO’’

El presidente comienza su mandato en el año 2013 con el objetivo de revitalizar el país tanto a nivel interno, manteniendo la estabilidad social, como a nivel externo, haciendo de su país una nación próspera y con peso en la comunidad internacional.  Xi se caracteriza por su énfasis en el "sueño chino",[8] una visión que promueve el renacimiento nacional y el rejuvenecimiento del pueblo chino. A niveles generales, Xi ha promovido, desde su ingreso al poder, políticas para modernizar la economía china y consolidar el poder del Partido Comunista de China dentro de la sociedad.

Comenzó a trabajar en estrategias de modernización del Ejército, campañas para la lucha contra la corrupción (elogiadas y, sobre todo, criticadas) y, entre sus políticas, comenzó a otorgarle la importancia necesaria a la lucha contra el cambio climático. Todos estos aspectos, especialmente la posición medioambiental, despertaron la atención de la comunidad internacional que, inesperadamente, veían la posibilidad de que China (uno de los países más contaminantes a nivel mundial) se involucrase en la lucha contra el cambio climático en un momento donde el Gobierno de los Estados Unidos le desmotivaba continuar con su defensa.

En el plano doméstico, las políticas del mandatario han ido destinadas a lograr consagrarse como uno de los líderes más importantes en la historia del país, pues, para poder ejecutar sus planes previstos, es necesario contar con un apoyo férreo dentro de su partido. Es por este motivo por el que su estrategia se ha enfocado en luchar contra la corrupción cesando a diferentes altos cargos políticos y militares y, a su vez, asegurarse de que las políticas que marca en PCCh[9] son necesariamente las que se ejecutan en todo el país, desechando cualquier posibilidad de maniobras de disidencia o independentismo.[10]

Aunque su popularidad dentro de China ha aumentado notablemente desde su llegada al poder, cabe destacar que su mandato se ha visto envuelto en numerosas críticas en cuanto al enfoque en la salvaguardia de los derechos humanos, las libertades de expresión y libertades civiles. A nivel internacional, las maniobras de consagración de Xi en el poder y su gestión de los temas mencionados anteriormente ha suscitado gran desconfianza y crítica, catalogándose de un régimen dictatorial y represivo por parte de la comunidad internacional occidental y, en algunos casos, como la Unión Europea, congelando acuerdos comerciales como el Acuerdo de Inversiones (CAI), que tenía pendiente su ratificación en el año 2021 y no fue admitido por las críticas europeas a la gestión china de la población uigur en Xinjiang, así como las controversias en Hong Kong.[11]

 

En su consolidación dentro del PCCh, Xi ha renovado su tercer mandato en el año 2023 consiguiendo un hito en la política doméstica, pues se ha convertido en el Presidente de Estado más longevo en la historia de la fundación de la República Popular China en 1949. Se trata de una reelección sin precedentes, pues, actualmente, no existe un límite de años para el mandatario en el poder y, por otra parte, tampoco se vislumbra, por el momento, un posible sucesor del que algunos expertos catalogan como ‘’el Emperador’’. En este aspecto, la renovación del líder también ha suscitado gran crítica internacional, viendo esta transformación política como una prueba más de la deriva del gigante chino hacia un gobierno unipartidista y autoritario, con todas las consecuencias que, según estos países, ello acarrea.[12]

 

 

LA POLÍTICA EXTERIOR DE CHINA EN LA ERA XI JINPING: DE LA NUEVA RUTA DE LA SEDA A LA COMPETENCIA CON LOS ESTADOS UNIDOS

En la política exterior, Xi Jinping se ha consolidado como un líder ‘críptico’ que alberga ‘’mil caras’’ y al que es difícil de descifrar por la prudencia con la que este toma sus decisiones y reserva su vida privada.[13] Al ser proveniente de una familia de políticos, pertenece, en la actualidad, a una nueva generación de líderes políticos chinos donde impera el pragmatismo, las estrategias planificadas a largo plazo y el desarrollo de nuevas iniciativas globales.

En la proactividad de la política externa de Xi Jinping se pueden encontrar diferentes iniciativas internacionales que persiguen objetivos clave:

 

Nueva Ruta de la Seda: conocida como Iniciativa de la Franja y la Ruta, desde su anuncio por el presidente en 2013, busca interconectar a China con países de Asia, África y Europa a través de una estrategia globalizadora comercial. Esta ha sido, desde entonces, un pilar central dentro de la política exterior china, destinada a aumentar la influencia global del país. La iniciativa, que ya ha cumplido diez años desde su puesta en marcha, cuenta con rutas terrestres y marítimas, cuyo valor reside en la interconectividad global y en las mejoras en infraestructuras, una tarea pendiente para algunos países, especialmente en el continente asiático.

 

Expansión territorial en el Mar del Sur de China: conocido también como el Mar de la China Meridional, el gigante asiático se encuentra construyendo diferentes islas y realizando reclamaciones territoriales en disputa en la región con el objetivo de asegurarse su influencia y soberanía en la que es su ‘esfera de influencia’. Las disputas que el país mantiene con algunos de sus vecinos, en los que también se encuentra la República de China (conocida internacionalmente como la Taiwán) está generando tensiones con otros actores regionales e internacionales que, por su parte, también buscan asegurar su influencia sobre el territorio y el dominio chino regional les causa gran preocupación.[14] 

 

El papel de China en sus relaciones con los Estados Unidos: Si bien la comunidad internacional ha transcurrido por un período al que algunos expertos catalogan como ‘’Pax Americana’’ (que se produce tras la caída de la Unión Soviética en 1991), en la actualidad el paradigma global ha evolucionado para adquirir mayor complejidad.[15] Estados Unidos ya no mantiene la soberanía que antaño y China, junto con los países que conforman los BRICS (y aquellos que se están sumando) ya no son, en su totalidad, naciones en vías de desarrollo. Es por ello por lo que Xi Jinping ha decidido adoptar un rol más diligente en sus relaciones exteriores, especialmente, de cara a las relaciones bilaterales con Estados Unidos. Esto significa que China quiere ser considerada en términos de igualdad y respeto mutuo. De hecho, así lo plasman en los cinco principios de la política exterior china que están conformados en su constitución de 1982.[16]

En 2023, China se consolidó como la segunda economía mundial, con un Producto Interior Bruto (PIB) de 91,3 billones de yuanes y un crecimiento económico del 5,2%.[17] Esto supone un notable avance en la estrategia de crecimiento económico de Xi Jinping, que, según los expertos, cada vez se encuentra más cerca de sobrepasar a Estados Unidos. Las tensiones entre ambos países por la supremacía económica se han hecho notar en los últimos años, existiendo una competencia no solo a nivel económico, sino comercial, tecnológica y en términos de seguridad y defensa (espionaje). Aun así, la competencia también ha propiciado otros escenarios de cooperación entre ambas partes en diferentes áreas como la lucha contra el cambio climático o la economía. Para los Estados Unidos, la industria manufacturera y tecnológica china es un pilar del crecimiento del país por los bajos precios y las facilidades de deslocalización empresarial. En cualquier caso, la competencia por la influencia política y soberanía será un pilar clave que configurará las relaciones bilaterales en los próximos años.

 

China y el Sur Global: El interés de China en desarrollarse como un actor influyente fuera de sus fronteras ha sido una estrategia muy aclamada en la política exterior de Xi Jinping. Un ejemplo de ello es la interconectividad que la Nueva Ruta de la Seda ha generado, pero, por otra parte, cabe destacar la relevancia que China le concede al Sur Global.  En este sentido, China, desde sus inicios y pasando por el periodo histórico de Mao Zedong, siempre estuvo tímidamente interesada en conocer y relacionarse con más culturas, especialmente, aquellas que también habían sufrido los efectos del imperialismo y colonialismo. Un ejemplo es la inmersión china en África o América Latina. El Sur Global siempre ha estado considerado en la política exterior del gigante chino, por su relevancia y por convertirse en una contraparte al orden internacional liberal predominante, que, actualmente, muestra signos de agotamiento.[18] 

Por otra parte, aunque el concepto de ‘’Sur Global’’ no se encuentra delimitado a nivel geográfico por su amplitud, se puede entender que este término hace referencia a aquellos países considerados ‘en vías de desarrollo’ que han lidiado con los efectos del colonialismo e imperialismo y que, en algún momento, se sumaron al Movimiento de Países No-Alineados (Non-Aligned Movement) impulsados por países como China durante la bipolaridad de la Guerra Fría.[19] En la actualidad, se puede comprobar como este término se ha desarrollado para fomentar la inclusión de los valores comunes e identidad que aglutina a estos países, desde la no-alineación frente a las políticas bipolares de la Guerra Fría, hasta la actualidad, mostrándose como una fuerza crítica a las acciones llevadas a cabo por el orden internacional liberal liderado por los Estados Unidos y Europa.[20]

China, por su parte, juega un importante papel dentro del colectivo de países que forman parte del Sur Global, puesto que existen numerosos vínculos históricos como el impulso chino de la Conferencia de Bandung de 1955, su pasado colonial e imperialista y, sobre todo, el apoyo a la construcción de una narrativa de identidad colectiva que aúna a todos los países bajo este desarrollo chino, (que, en su momento, fue un país en vías de desarrollo) y que, en la actualidad, ya se considera como una superpotencia. Así pues, gracias a su desarrollo económico y su legado histórico, China ha sabido ejecutar estratégicamente la maniobra de acercamiento a los países del Sur Global para posicionarse como un actor primordial.[21] Esto se traduce en contribuciones económicas y apoyo financiero para promover el desarrollo de dichos países y, a su vez, mantener unas relaciones bilaterales favorables que aseguren la soberanía estratégica de China en esta región, tanto a nivel geoeconómico como fuente de inversión, como a nivel geopolítico.

El apoyo de China al desarrollo de los países del Sur Global se trata de una de las iniciativas propuestas por Xi Jinping que, a largo plazo y como acostumbra la política exterior de China, podría tener más impacto en la consolidación del liderazgo internacional de la República Popular de China y, por ende, elevar a niveles estratosféricos la popularidad del presidente Xi Jinping. Sin embargo, teniendo en cuenta otras estrategias existentes como la Iniciativa de la Franja y la Ruta ¿qué es lo que hace especial a esta iniciativa? Como respuesta, se puede comprobar que, a nivel geográfico, el Sur Global comprende una gran cantidad de países e incluso continentes, pasando por América del Sur, África, India e incluso países del sur de Asia como Japón o Australia. Muchos de esos países, tanto en vías de desarrollo como con gran potencial en materia de recursos naturales, pertenecen a esta región global.[22] Su población y su PIB pueden generar gran impacto en la economía mundial y, sobre todo, inclinar la balanza de poder frente al Norte Global, predominado por Estados Unidos y Europa, presentando un modelo geopolítico alternativo basado en un orden multipolar que desafía al ya existente. Además, el Sur Global no se trata de un proyecto más de China, sino que ya es una realidad que presenta sus propios retos geopolíticos y en la que Xi ha jugado bien sus cartas para posicionarse como un socio fiable que, según sus principios de política exterior, respeta los asuntos internos de los países con los que mantiene relaciones bilaterales y promueve el desarrollo e intercambio basado en el beneficio mutuo. Todos estos conceptos resultan novedosos para aquellos países cuyo pasado histórico ha estado marcado por la falta de beneficio mutuo y un colonialismo agotador. La iniciativa impulsada por China tiene un objetivo global, puesto que la mejor herramienta de crecimiento para el gigante chino es la economía, pero su predilección por los países del Sur Global le suma un punto más en favor del desarrollo de sus propias estrategias geopolíticas, y es que la geopolítica de China, en la práctica, ya se puede observar desde hace años con su acercamiento a América Latina (la que continúa siendo la principal esfera de influencia de los Estados Unidos) y África, con la exportación de sus propios medios de comunicación como CGTN África o CRI y por último, pero no menos importante, la política de inversiones en diferentes países del continente africano, lo que algunos críticos han declarado como la ‘’Trampa de la Deuda’’.[23]


Diplomacia al estilo chino: en su papel como superpotencia económica, la China de Xi Jinping también ha sabido trazar una línea de actuación en asuntos diplomáticos, lo que le ha dotado al país de cierto prestigio como actor capaz de mediar en diferentes crisis diplomáticas, o incluso llegar a resolverlas. La diplomacia ‘’al estilo chino’’, caracterizada por ser discreta, prudente y pragmática, se ha popularizado en los últimos años, donde la comunidad internacional ha podido observar al país ejerciendo como mediador en disputas como la existente entre Irán y Arabia Saudí, o su reciente posición como actor mediador en el conflicto ruso-ucraniano. Esta diplomacia forma parte de los pilares de la política exterior china, que busca configurarse como un actor que respeta el orden internacional y promueve el multilateralismo, la cooperación internacional y el apoyo de instituciones y organizaciones internacionales como la ONU o la Organización Mundial del Comercio.

Xi, como figura política representativa de China, representa este multilateralismo y lo defiende en cada una de sus visitas de Estado al exterior.



LA ‘’NEUTRALIDAD’’ DE XI JINPING, ¿INACCIÓN O PRAGMATISMO POLÍTICO?

Xi Jinping ha planteado diferentes iniciativas para el país en un intento de fortalecer la nación china a través de la diplomacia y estrategias internacionales. Sin embargo, la falta de cierto posicionamiento político en conflictos internacionales y las deficiencias comunicativas de China con el exterior promueven que gran parte de las instituciones occidentales cataloguen a Xi Jinping de un actor neutral, pues desconocen si esa neutralidad se produce por una falta de táctica política; por el respeto a los asuntos internos de terceros países o si, por el contrario, esta neutralidad verdaderamente corresponde a una estrategia política cargada de pragmatismo.

El mandatario chino ha decidido abandonar el bajo perfil y la estrategia de no-acción que otros antecesores como Deng Xiaoping mantuvieron para mostrar una posición más asertiva y soberana en la comunidad internacional, y un ejemplo de ello es el reconocimiento internacional que, estrategias como el posicionamiento chino en el desarrollo del Sur Global, están cosechando recientemente. Xi ha tomado la iniciativa de posicionar a su país como un socio fiable para aquellas regiones a las que todavía se les considera en vías de desarrollo y, por ende, esta iniciativa, en el futuro, supondrá un dilema para el orden internacional liberal existente, pues el objetivo de estos países del Sur Global es transformar el orden internacional hacia un paradigma multipolar.

Por otro lado, si bien en algunos conflictos internacionales se puede apreciar que la postura del mandatario es discreta, en realidad, el líder chino no parece tener como objetivo ser percibido como una figura neutral en un momento de la historia donde la polarización está a la orden del día. De hecho, las políticas adoptadas por Xi no parecen estar destinadas a fomentar la percepción neutral, más bien buscan relanzar a China como actor internacional capaz de ejercer influencia en algunos países, como es el caso de África con sus inversiones económicas.

Otro claro ejemplo es el desarrollo de las relaciones bilaterales sino-latinoamericanas, donde China cada vez juega un papel más relevante en la geoeconomía regional, desafiando la influencia existente de los Estados Unidos.

Sin embargo, la neutralidad no debe ser confundida con falta de estrategia puesto que, en conflictos como el existente entre Rusia y Ucrania, si bien China se rehúsa a posicionarse del lado occidental condenando la agresión rusa a Ucrania, esto no significa que Xi no tenga planes para tratar de aportar una solución al conflicto.[24] Xi Jinping es consciente de que un posicionamiento puede acarrear consecuencias, pero prefiere preservar y reafirmar sus relaciones bilaterales con Rusia (como aliado regional y global) y mostrar un perfil conciliador entre Putin y Zelenski mediante los intentos de mediación que destrozar una alianza político-económica con su homólogo ruso.

Lo mismo sucede con el conflicto entre Israel y Hamás, donde se halla la longeva confrontación palestino-israelí y en la que China apuesta por una solución justa para ambas partes, siempre abogando por el mantenimiento del orden internacional estable y el multilateralismo. Es decir, las políticas de Xi Jinping reflejan una ligera continuidad de la filosofía confuciana en la política china, combinado con el pragmatismo, que hace que el mandatario chino examine con prudencia las ventajas y desventajas en los diferentes posicionamientos que se le presenten en el tablero geopolítico.

Aun así, este principio de neutralidad no se refleja con la misma exactitud en las políticas domésticas de China, donde Xi demuestra un férreo compromiso con los planes de desarrollo a largo plazo de su país y que incluyen el principio de ‘Un país, dos sistemas’, y una ‘reunificación pacífica’ con Taiwán, sin renunciar al uso de la fuerza en caso de que sea estrictamente necesario.

 

 

CONCLUSIONES

La figura del enigmático Xi Jinping ha suscitado gran debate a nivel internacional. Sus proyectos políticos y su enfoque discreto pero proactivo en la política exterior han sido objeto de análisis y crítica. Su vida personal y su legado familiar proveniente de la política pero alejado, en cierta medida, de los ideales de su padre causan gran curiosidad tanto en la población china como en el extranjero. Sin embargo, comprender el papel del mandatario requiere un entendimiento profundo de la cultura china y de las dinámicas políticas del país que difieren enormemente de las promulgadas por la comunidad internacional occidental.

 

La carrera política de Xi Jinping ha sido una trayectoria ascendente y altamente estratégica dentro del jerarquizado Partido Comunista de China. Desde su elección en el Comité Permanente del Buró Político en 2007 hasta su ascenso a la presidencia en el año 2013, Xi ha demostrado una imparable ambición política, con capacidad de ejercer influencia tanto a nivel doméstico como a nivel internacional y comprometido con cuestiones de índole actual, como la lucha contra el cambio climático o el desarrollo económico nacional. Para ello, se ha valido de su experiencia dentro de sus diferentes roles, muchos de ellos siendo clave, como la vicepresidencia del partido o la secretaría general. Además, Xi ha mantenido muy presente la cuestión de Taiwán como un hecho clave en la política doméstica china al tratar de crear políticas que influyan en la isla, la cual consideran un territorio más dentro de China.

Sus habilidades estratégicas le han permitido obtener el control de instituciones de alto nivel nacional como la Comisión Militar Central. Pero, sin lugar a dudas, el año 2013 marcó la culminación de las aspiraciones políticas de Xi, reflejando que el ascenso gradual y estratégico que ha ido acumulando con sus diferentes cargos, le ha llevado a convertirse en uno de los líderes más importantes en el panorama geopolítico actual y con capaz de proyectar influencia, no solo a nivel geoeconómico, sino militar.

Aunque a nivel internacional se recalca la falta de posicionamiento y transparencia de Xi Jinping en diversos conflictos internacionales, es imprescindible contar con todas las suposiciones y escenarios posibles. Un ejemplo es la muestra del respeto chino a los asuntos internos de otros países (principio que ellos exigen con reciprocidad en su política exterior). A su vez, se puede tratar de una estrategia para evitar antagonismos que perjudiquen los intereses expansionistas del gigante chino, que se orientan principalmente en el crecimiento económico. Pero, por otro lado, el rol de Xi Jinping puede ser visto como una táctica para hacer de su país un actor que ejerza una influencia sutil pero significativa; que apueste por el multilateralismo y que ofrezca soluciones pragmáticas en situaciones de conflicto.

Por ello, esta neutralidad no debería traducirse en una falta de estrategia o en un ‘’arma de doble filo’’ sin tener en cuenta todos los posibles supuestos, sino más bien en una adaptación de la política exterior china a las complejidades del escenario internacional, siempre en favor del crecimiento económico que China persigue, a un nivel superior, teniendo en cuenta sus capacidades geopolíticas y militares.

Definitivamente, Xi Jinping continuará despertando curiosidad en la comunidad internacional. Su postura discreta pero asertiva y favorable a la defensa del multilateralismo en una sociedad internacional agitada plantea preguntas importantes sobre el papel de China en el escenario mundial. El objetivo del presidente será lograr el equilibrio entre la diplomacia discreta y el ejercicio efectivo de la influencia global, del cual seremos testigo en las próximas décadas.

 

 

FUENTES

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[1] Ortiz de Zárate, R. (2023, 29 noviembre). Xi Jinping. CIDOB. https://www.cidob.org/biografias_lideres_politicos/asia/china_republica_popular/xi_jinping

[2] República Popular de China.

[3] Albert, M. (2024, 13 marzo). Xi Jinping | Biography, Education, Age, Wife, Peng Liyuan, & Facts. Encyclopedia Britannica. https://www.britannica.com/biography/Xi-Jinping

[4] Ibid.

[5] Ara. (s. f.). Primer encuentro entre Peng Liyuan y Xi Jinping_Spanish.china.org.cn_中国最权威的西班牙语新闻网站. http://spanish.china.org.cn/specials/18da/2012-06/27/content_25748745_3.htm 

[6] Ara. (s. f.-b). Texto íntegro del informe presentado por Hu Jintao ante el XVIII Congreso Nacional del PCCh_Spanish.china.org.cn. http://spanish.china.org.cn/specials/18da/2012-11/16/content_27137435.htm 

[7] Dos sesiones y muchos retos. (2024, 7 marzo). Observatorio de Política China [OPCh]. https://politica-china.org/areas/sistema-politico/dos-sesiones-y-muchos-retos 

[8] Rosales, O. (2020). El sueño chino: cómo se ve China a sí misma y cómo nos equivocamos los occidentales al interpretarla. Siglo XXI Editores.

[9] Partido Comunista de China.

[10] Revista Estado. (s. f.). Xi Jinping: el emperador rojo - de prisionero a líder mundial - Revista Estado. https://estado.co/articulo-revista/el-emperador-rojo-de-prisionero-lider-mundial/

[11] Wang, L., & Li, Y. (2020). The negotiation of EU–China comprehensive agreement on investment and its potential impact in the post-pandemic era. Journal of Chinese economic and business studies, 18(4), 365-372.

[12] So, A. Y. (2019). THE RISE OF AUTHORITARIANISM IN CHINA IN THE EARLY 21ST CENTURY. International Review of Modern Sociology, 45(1), 49–70. https://www.jstor.org/stable/48636762

[13] Lam, W. W. L. (2015). Chinese politics in the era of Xi Jinping: Renaissance, reform, or retrogression?. Routledge.

[14] Garay, M. L. (2021). Pasado, presente y futuro de la geopolítica en el mar de China Meridional. Revista del Instituto Español de Estudios Estratégicos, (17), 165-208.

[15] Layne, C. (2012). This time it's real: the end of unipolarity and the Pax Americana. International studies quarterly, 56(1), 203-213.

[16] China 1982 (rev. 2004) Constitución - Constitute. (s. f.). https://www.constituteproject.org/constitution/China_2004?lang=es

[17] Briefing, C. (2023, 20 diciembre). La economía china en 2023: Un año de crecimiento y recuperación. China Briefing News. https://www.china-briefing.com/news/la-economia-china-en-2023-un-ano-de-crecimiento-y-recuperacion/

[18] Ibid.

[19] China y el Sur Global: de Mao a Xi Jinping. (2023, 29 septiembre). Observatorio de Política China [OPCh]. https://politica-china.org/areas/politica-exterior/china-y-el-sur-global-de-mao-a-xi-jinping 

[21] Chakrabarty, D. (2005). Legacies of Bandung: Decolonisation and the Politics of Culture. Economic and Political Weekly, 40(46), 4812–4818. http://www.jstor.org/stable/4417389

[22] Objectives – Global South Initiative. (s. f.). https://gsi.org.np/?page_id=115 

[23] Rodríguez, C. P. (2020). China, África y la deuda trampa. bie3: Boletín IEEE, (20), 362-375.

[24] Interpreting Xi Jinping’s Shifting Strategy on the Russia-Ukraine War. (s. f.). Asia Society. https://asiasociety.org/policy-institute/interpreting-xi-jinpings-shifting-strategy-russia-ukraine-war

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