Virtud, ética y moral en la medicina china
Por Rafael de Mora Sánchez*
Coordinador Sección MTC Cátedra China
Publicado el 15/12/2023
Introducción
Es muy conocido en Occidente el Juramento hipocrático como norma fundamental que rige el comportamiento ético y moral de los médicos, lo que plantea la cuestión de que, si en China existía, o no, algo similar. Veamos.
El Juramento hipocrático
De Hipócrates (c. 460 a. C.–c. 380 a. C.) apenas sabemos algunas cosas con certeza sobre su vida y su obra. La única biografía suya que se conoce elaborada en la antigüedad fue la que escribió Sorano de Éfeso, unos 500 años después de la muerte de Hipócrates. Nació en la isla de Cos y fue médico itinerante, algo común en esa época. Ejerció la medicina en la isla de Tasos, en Tracia y en Tesalia.
Por Europa se extendió el mito de Hipócrates, primero como padre de la medicina occidental (cuestión a todas luces incorrecta, ya que en la propia Grecia existieron otras escuelas médicas diferentes de la hipocrática (que no hay que olvidar), y que Grecia en su conjunto, bebió ingentes cantidades de ciencia, tecnología y medicina venidas de sus vecinos egipcios y mesopotámicos que contaban con, al menos, cuatro milenios más de antigüedad que ellos).
La historiografía médica sitúa el Juramento Hipocrático junto con otros sesenta escritos atribuidos a Hipócrates durante el siglo XI d. C. durante el imperio bizantino, lo que demuestra que en Europa la preocupación sobre la ética y la virtud de los médicos nació en esas fechas y un entorno escolástico católico. A partir del Renacimiento, época caracterizada por la veneración de la cultura grecolatina, el juramento empezó a ser usado sistemáticamente en Europa.
Apuntes históricos y sinológicos. Fuente: RRSS
En algún momento del III milenio a. C. surgió la civilización china, y en esas mismas fechas el taoísmo y los primeros remedios medicinales nacidos del más puro empirismo. La Medicina china basa su doctrina en al menos un 98% de taoísmo y un 2% de confucionismo, se podría decir que todos los fundamentos y principios del taoísmo han sido materializados en la medicina.
El taoísmo es una metafísica; es decir, «parte de la filosofía que trata del ser en cuanto tal, y de sus propiedades, principios y causas primeras», pero también es una filosofía: «Conjunto de saberes que busca establecer, de manera racional, los principios más generales que organizan y orientan el conocimiento de la realidad, así como el sentido del obrar humano». Así pues, virtud, ética y moral se encuentran implícitas en la cultura china desde la noche de los tiempos. No obstante, fue durante finales del siglo VI a. C. y principios del siglo V a. C., cuando figuras de la talla de Laozi y de Confucio terminaron de consolidar el sistema ético-moral de la cultura china que se extiende hasta hoy en día.
El Dao De Jing (道德經, Dào Dé Jīng), también conocido como ‘Tao Te King’, es obra de Laozi (老子, lǎozǐ) comúnmente traducido como ‘Viejo Maestro’ fue escrito a finales del siglo IV a. C. La obra se compone de 81 capítulos que tratan sobre el (道, dào, ‘camino’), y sobre el (德, dé, ‘virtud’), donde (經, jīng, significa ‘canon o libro clásico’).
En el año 1993 se halló la versión más antigua escrita en tiras de bambú, datada en el año 300 a. C. Se la ha llamado ‘Los Textos de Guodian’, por haber sido descubiertos en dicha ciudad de la provincia de Hubei. En ellos se revela que el orden de los capítulos que conocíamos estaba invertido; es decir, primero estaban los capítulos referentes a ‘la virtud’ y después los relativos ‘al dao’. Esta es una cuestión muy relevante, porque implica que su autor –Laozi–, tenía la convicción de que sin cultivar ‘la virtud’ era imposible alcanzar ‘el dao’. Como curiosidad, explicar que no es casualidad que sean 81 capítulos la obra, ya que 9 veces 9 es 81, y el 9 es el número celestial de la numerología china. A fin de cuentas, la obra pretende encumbrarnos al dao, a lo más alto de su doctrina.
La literatura médica
Los ejemplos en la literatura médica china son innumerables, veamos algunos casos más representativos:
En el Huangdi Neijing (黄帝内经, Huángdì nèijīng, ‘Clásico de Medicina del Emperador Amarillo’), obra fundacional de la Medicina china escrita entre los siglos I-II d.C., se presentan cuestiones éticas y morales, además de las propias consideraciones técnicas y doctrinales de la medicina.
El médico Bian Que (407 - 310 a. C.) fue una persona especialmente virtuosa y ejemplar. Viajó acompañado por sus discípulos por diferentes ciudades y Estados, ofreciendo sus servicios a los monarcas y a la gente común, ya que practicaba el socorro universal, al igual que un sinnúmero de otros médicos chinos.
Bian Que. Fuente: RRSS
Otro notable ejemplo de socorro universal lo tenemos en el médico Dong Feng (siglo III), quien no aceptaba el pago en dinero por sus servicios. En su lugar, les pedía a sus pacientes curados con éxito de dolencias leves que plantaran un albaricoquero y, a los curados de dolencias graves, les pedía que plantaran cinco árboles. Un bosque de árboles de albaricoque llegó a rodear su casa. Así es como fue conocido como «El de la selva de albaricoques».
El notable médico Huang Fu Mi (215–282), decía:
«Sólo cuando se abandona la búsqueda de fama y riquezas será cuando se podrán cultivar grandes virtudes».
Sun Si Miao (581–682) en su «Qian Jin Yao Fang» (Recetas esenciales que valen mil monedas de oro), presentó la noción de «buena fe de un gran médico» por primera vez en China, ofreciendo una argumentación general sobre las normas rectoras de la ética médica que un médico debe practicar:
«La vida humana es de suma importancia, más preciosa que mil monedas de oro; por ello, hay que proteger su gran virtud con medicamentos y recetas».
Sun Si Miao. Fuente: RRSS
Sun Si Miao también debatió ampliamente sobre la obligación que tienen los médicos de cultivar su propia mente. Dijo que un médico debe aprender bien su profesión, ser trabajador, ser responsable, mostrar simpatía con los pacientes, evitar el orgullo y nunca jamás calumniar a otros médicos. Escribió un artículo acerca de la moralidad de los médicos, llamado Da Yi Jing Cheng (La Sinceridad y la Devoción de los Grandes Médicos). Esta parte del libro sigue siendo una lectura obligatoria para los médicos chinos de la actualidad. Veamos un extracto del texto:
«Un gran médico no debe prestar atención a las situaciones particulares de sus pacientes: ni a la riqueza, ni a la edad, ni a si la persona en particular es atractiva o no, ni a si es enemigo o amigo, ni a si es chino o extranjero, ni a si, finalmente, tiene educación o no. El médico debe tratar a todos en igualdad de condiciones. Siempre debe actuar como si estuviera tratando a algún pariente cercano».
En consecuencia, virtud, ética y moral son los pilares y los principios rectores que desde milenios han sustentado la esencia y el alma de la Medicina china.
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