SE ESTRENA EN MÁS DE 300 SALAS DE TODA ESPAÑA 'GUARDIANA DE DRAGONES', EL PRIMER FRUTO DEL ACUERDO DE COPRODUCCIÓN CINEMATOGRÁFICA FIRMADA ENTRE ESPAÑA Y CHINA HACE UNA DECADA
Actualizado: 25 abr
Por Ignacio Saavedra
Publicado el 22/04/2024
El presidente de Cátedra China, Marcelo Muñoz, junto al autor de estas líneas en el preestreno de Guardiana de dragones, el pasado 14 de abril en Kinépolis.
Para la mayoría de los españoles, Dragonkeeper (Guardiana de dragones) habrá sido, simplemente, uno de los estrenos destacados del último fin de semana. Pero para los que estamos interesados en las relaciones entre China y España, es un estreno con mucha profundidad de campo y con muchas implicaciones de todo tipo. Veamos hasta donde se remonta la historia y demos algunas pinceladas sobre el preestreno en Kinépolis, evento en cuya organización Cátedra China puso su granito de arena.
Ha sido un largo y tortuoso camino de casi diez años. El 5 de noviembre de 2014 se publicaba en el Boletín Oficial del Estado el Acuerdo de Coproducción Cinematográfica entre el Gobierno del Reino de España y el Gobierno de la República Popular China. Ese acuerdo era el último de una serie de acuerdos bilaterales destinados a estrechar las relaciones culturales entre China y España. El primero de la serie fue el Convenio de Cooperación Cultural, Educativa y Científica ratificado en Madrid en 1981, ocho años después del establecimiento de relaciones diplomáticas. Después vendrían acuerdos tan importantes como los que dieron lugar al establecimiento de Institutos Confucio y Cervantes en España y China respectivamente.
Gran expectación en Kinépolis unos minutos antes del comienzo de la proyección.
Así como el resto de acuerdos en materia de cooperación cultural se concretaron rápidamente en la creación de instrumentos de intercambio tan productivos como los Institutos Cervantes de Pekín y Shanghai, ha habido que esperar diez años para ver el primer fruto del acuerdo de coproducción cinematográfica. Después de su pase en el Festival de Málaga y el preestreno en Kinépolis, en cuya organización cooperó Cátedra China, la película se puede ver ya en cientos de salas de cine de toda España.
Cátedra China tuvo el placer y el honor de estar presente en el preestreno de Kinépolis, donde, además de disfrutar de la película en las mejores condiciones de proyección, pudo intercambiar impresiones con algunos miembros del equipo de producción y con el Excelentísimo Embajador de la República Popular de China y otros representantes diplomáticos. Tuvimos el placer y el honor, por qué no decirlo, de ver los claros signos de emoción en los ojos del Embajador. La presencia del Embajador y otros miembros de la embajada dio un toque muy especial a este preestreno y supone un gesto muy valioso de apoyo institucional a una coproducción que podría ser el primer paso de un largo camino de colaboraciones en el ámbito cinematográfico. No está de más decir que esa presencia habría sido imposible sin el empeño de Cátedra China por hacerla realidad.
La película, sobre todo vista en una sala tan magnífica como la de Kinépolis, destacó por la técnica visual, pero también por el sonido. El sonido tenía “un algo” que, precisamente, se aprecia mucho mejor en salas de cine debidamente equipadas. Pero también cuenta el hecho de que la banda sonora lleve la firma del mismo compositor que había trabajado con Salvador Simó en Buñuel en el laberinto de las tortugas. Los responsables de la película han manifestado en las entrevistas que no querían caer en el puro folklorismo, que habría acabado resultando cansino, pero, en una envoltura orquestal y un estilo fácilmente asimilables por un público global, no faltan pasajes en que se oyen con claridad instrumentos chinos como el dizi (la flauta travesera de bambú), el èrhu (violín de dos cuerdas) o el yangqin (especie de salterio o cítara). El tema principal, cimiento de la banda sonora, no fue nada fácil de encontrar. Lo que nos ha llegado sobre las conversaciones entre el director, Salvador Simó, y el compositor, Cardelús, recuerdan a muchos momentos de la historia de la música cinematográfica, como esos largos y tortuosos caminos que finalmente fructificaron en los temas musicales centrales de películas como El Padrino, Amarcord o Doctor Zhivago. La idea que Simó repetía era “Cierta fragilidad en un mundo de luz”. Hemos tenido la oportunidad de hablar personalmente con Arturo Cardelús, que nos explicó con más detalle el camino para llegar a ese leitmotiv: “Sí, la tonalidad es muy importante. Elegí Sol menor porque quería usar el contraste entre Sol menor y Mi bemol mayor (tonalidad cercana y la tonalidad de la Eroica, el Emperador…). El tema se mueve a medio camino entre ellas, aunque el centro real es Sol menor.” (1)
El director de la película, Salvador Simó, junto al director de animación, Abraham López Guerrero.
(1) Para más información sobre la creación de la banda sonora, recomendamos vivamente la entrevista realizada al compositor por Conrado Xalabarder, que puede escucharse en este enlace: https://www.youtube.com/watch?v=JPxO6dCZYkY
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