COMPRENDER LA POLÍTICA VENEZUELA-CHINA. PARTE II: 1974-2024
Actualizado: 23 jul
Por Norbert Molina-Medina
Publicado el 27/06/2024
La presencia de China en América Latina en el siglo XXI no puede verse de manera parcial, sino como parte de la evolución del proceso histórico que comenzó entre los países de la región y la actual república asiática por lo menos desde la última dinastía, la Qing (1644-1912). Lo mismo ocurre con las distintas etapas que explican las relaciones bilaterales sino-latinoamericanas que, de no verlas con una visión de conjunto, traería como consecuencia una versión sesgada, llena de prejuicios, dispersa y desprovista de bases sólidas para entenderlas en su justa dimensión.
Para el caso venezolano, a partir de 1999, las relaciones políticas Venezuela-China comenzaron a experimentar unos niveles de dinamismo nunca antes vistos en la política exterior de la nación sudamericana con país asiático alguno. Ello no significa un descubrimiento, al contrario, se trató de una línea de continuidad entre los alcances obtenidos en las décadas de los años ochenta y noventa del pasado siglo XX y las circunstancias de inicios del nuevo milenio: por un lado, la reemergencia de China como una potencia en ascenso, a las puertas de su ingreso a la Organización Mundial del Comercio –con necesidades enormes de materias primas, pero también de mercados para sus productos–, y por el otro, el interés de Venezuela por “diversificar” sus mercados petroleros, garantizar fuentes de financiamiento y de inversiones, ante la crisis estructural del momento, que comenzó a inicios de los ochenta y con profundas repercusiones políticas, económicas y sociales aun en nuestros días.
Ese proceso que definimos como “dinámico”, sin precedentes, no siempre fue así desde 1999 hasta 2024. Podría decirse que las mayores realizaciones se dieron durante la administración del presidente Hugo Chávez Frías (1999-2013) que, luego de superada la crisis política 2001-2002, incrementado el distanciamiento con el gobierno de los Estados Unidos, haber resultado triunfador en el referéndum revocatorio de 2004 y con unos precios petroleros en alza, dio margen de acción para impulsar la alianza con China. En cambio, ya con Nicolás Maduro Moros (2013-2024) como jefe de Estado, los vínculos comenzaron a deteriorarse como consecuencia del desplome, otra vez, de los ya referidos precios del petróleo (2014), las sanciones unilaterales impuestas por Washington (2015), la situación de inestabilidad y la incapacidad del gobierno venezolano para atender muchos de los compromisos asumidos con su homólogo chino. Podría decirse que se trató de un breve interregno de enfriamiento de las relaciones que tuvo su mayor expresión entre 2018 y 2023, año este último cuando Maduro Moros retornó a Pekín a relanzarlas, a través de la celebración de la XVII Comisión Mixta de Alto Nivel (CMAN).
En materia de política exterior, si revisamos cada uno los planes de desarrollo económico y social de Venezuela entre 1999 y 2024, es decir a las Líneas Generales del Plan de Desarrollo Económico y Social de la Nación (2001-2007) (2001), Líneas Generales del Plan de Desarrollo Económico y Social de la Nación 2007-2013 (2007), Ley del Plan de la Patria: Segundo Plan Socialista de Desarrollo Económico y Social de la Nación 2013-2019 (2013) y el Proyecto Nacional Simón Bolívar, Tercer Plan Socialista de Desarrollo Económico y Social de la Nación (2019-2025) (2019), fácilmente pueden identificarse principios de no intervención y autodeterminación de los pueblos que han sido compartidos con Pekín no desde 1999, sino desde 1974, y la cooperación Sur-Sur como soporte de los intercambios e intensificación de las relaciones económicas y de inversión con los países de Asia, con especial énfasis en China.
El presidente Hu Jintao 胡锦涛 saluda a su contraparte venezolano, Hugo Chávez Frías.
Pekín, 24 de septiembre de 2008.
Fuente: China Daily/ Xinhua.
Como parte de la voluntad política otorgada, tenemos que el presidente Hugo Chávez Frías visitó a China en seis oportunidades (1999, 2001, 2004, 2006, 2008 y 2009), mientras que Nicolás Maduro Moros lo ha hecho en cuatro ocasiones (2013, 2015, 2018 y 2023). Desde China, arribaron a Venezuela los presidentes Jiang Zemin 江泽民 (2001) y Xi Jinping 习近平 (2014). Sobre estos dos últimos, hay que destacar que sus encuentros en Venezuela fueron propicios para la creación de la Asociación Estratégica y la CMAN (2001) –heredera de los mecanismos de cooperación política y económica entre 1974 y 1999 que destacamos en la entrega anterior– y la elevación de las relaciones a la categoría de Asociación Estratégica Integral (2014). Mientras que con la visita de Maduro Moros a Pekín en septiembre de 2023, se dio un paso más al elevarse de nuevo las relaciones, esta vez, a la categoría de Asociación Estratégica a Toda Prueba y Todo Tiempo (2023), lo cual indica los niveles de importancia que siguen teniendo estos vínculos binacionales.
En términos de balances, desde la creación de la CMAN en 2001, se han celebrado diecisiete reuniones hasta 2023, seis (6) de ellas en Venezuela (2002, 2005, 2009, 2011, 2014 y 2017) y once (11) en China (2001, 2004, 2006, 2007, 2008, 2010, 2012, 2013, 2015, 2018 y 2023), de las cuales desprenden un aproximado de trescientos dos (302) acuerdos de los quinientos tres (503) que hemos estimado se han suscrito por ambas repúblicas entre 1999 y 2023, en áreas tales como: política, energía y petróleo, financiera, infraestructura, empresas mixtas, industrial, económico-comercial, cultural, educativo, defensa, telecomunicaciones, agrícola, científica-tecnológica, aeroespacial, eléctrica, salud, transporte terrestre, minera, entre otras. Más allá de la cantidad y de lo complejo que ello representa, indica un esfuerzo y experiencia que invita al estudio y revisión sistemática, desprovista de apasionamientos y precipitados juicios que presagian el fin de estas relaciones, cuando lo que indican los hechos, es precisamente su continuidad y fortalecimiento en el tiempo.
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