Nueve Partidos Políticos en China
Por José María Espín*
Publicado el 22/01/2024
Hoy en día, entendemos la política como la lucha encarnizada de dos partidos políticos principales que pugnan por el poder, más allá del bien común, más allá de un fin común. En España nos gusta mucho aquello de “yo soy de fulanito..., pues yo de menganito de toda la vida, y nada me hará cambiar”...y claro, puede que así nos vaya. Me resulta muy anecdótico que nos apasione nuestro modelo político, lo defendemos a ultranza, y luego desconfiemos del sistema político de un país como China, el cual solo demuestra que avanza como un todo a pasos agigantados.
Hagamos un ejercicio de conocimiento de cómo funciona el sistema político en China, aunque sea brevemente. En China existen en total nueve partidos políticos, sí, has leído bien, nueve partidos políticos que confluyen en aras de un bien colectivo, que redunda en una mejora del día a día del ciudadano de a pie. Los nueve partidos son, además del PCCh: el Comité Revolucionario del Kuomintang, la Liga Democrática, la Asociación Democrática de la Fundación de China, la Asociación China para la Promoción de la Democracia, el Partido Democrático Agrícola e Industrial de China, el partido Zhigong, la Sociedad Jiusan y la Alianza Democrática autónoma de Taiwán. En un sistema multipartidista de cooperación, y bajo la batuta del Partido Comunista chino, todos trabajan y aportan soluciones legislativas, y ejecutivas. En el sistema de cooperación multipartidista de china, el Partido Comunista de China y los partidos democráticos han coexistido durante mucho tiempo, se supervisan mutuamente, se cuidan mutuamente, comparten el bien y el mal, y se han comprometido conjuntamente a construir el socialismo con características chinas El interés no es quién ganará las próximas elecciones, o quién obtendrá algún ministerio, o qué partido servirá de llave para darle el poder a un tercero, con su consiguiente minuta partidista. El interés es llevar a un país en volandas a un desarrollo, a un objetivo de bien común. Cuando a las personas se nos da la opción de fusionar el ascenso político personal, con el servicio al pueblo, tendemos a mancillar una y otra cosa, quedando un resultado malo y barato para ambas cosas. No se me malinterprete, la ambición personal es sana en su justa medida, y el servicio al pueblo ídem, pero si para llegar al último tenemos que llevar al límite el primero, la delgada línea de lo ético y correcto se difumina, dando lugar al espectáculo político que desde hace años venimos disfrutando en España.
Tal vez, en vez de tanto recelar y que se nos llene la boca de nuestro impoluto sistema democrático en España, tal vez, debamos de nuevo aprender lo que nos viene de China, y entendamos de una vez que el bien común, el desarrollo milenario de un país, el ser sustento de un pasado y a la vez propagador del mismo, conlleva compromiso, y eso se consigue cuando se eliminan los intereses personales, y se antepone la lucha conjunta. Y es que en China existen en total nueve partidos políticos, sí, has leído bien, nueve partidos y no uno dictador e interesado, tal como nos han vendido desde siempre.
*Nota: Las ideas contenidas en las publicaciones de Cátedra China o de terceros son responsabilidad de sus autores, sin que reflejen necesariamente el pensamiento de esta Asociación.