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LAS CUEVAS DE MOGAO: PASADO, PRESENTE Y FUTURO

Por Christian Careaga*

Publicado el 26/08/2024


Esta breve reseña se inicia ensalzando un pasaje histórico concreto sucedido en la civilización china siglos atrás. Primero intenta vislumbrar la vida de un asentamiento humano dedicado desde hace más de mil quinientos años  a la meditación y al comercio, como lo fue la antigua villa de Dunhuang. A continuación refleja el presente de esa misma población -ya en tiempos de Xi Jinping- mediante la sucinta narración de un concierto que tuvo lugar allí en setiembre de 2023.  La tercera parte del relato lleva al lector a reflexionar sobre el futuro de la misma comunidad y la posibilidad que éste les ofrece para que millones de seres puedan compartir -desde cualquier punto del planeta- la belleza del arte chino, proveniente de la provincia de Gansu.


Pasemos a describir los tres columbrados resplandores, forjados por los habitantes de Dunhuang, con vistas a unir y ensalzar su remoto pasado con el presente, en donde sus habitantes ya se han puesto “manos a la obra” para forjar su futuro inmediato. 



Su localización y origen


En los confines del Desierto de Gobi, entre la inmensidad de sus arenas, surge, inesperadamente, esta maravilla del arte antiguo, mestizaje de civilizaciones: las Cuevas de Mogao, situadas no lejos de una de las gargantas del aún joven Rio Amarillo.


En un cortado de la montaña van apareciendo -cual ojos en la colina- casi mil grutas. Fue este apartado lugar un importante centro de acogida y de recogimiento[1] entre los siglos IV al XIV. Durante centurias pasaron por la cercana ciudad de Dunhuang mercaderes árabes y africanos, monjes nestorianos, mongoles y otros comerciantes dedicados a comprar y vender mercancías entre China y Asia Central.


Dunhuang, en el cruce de caminos entre el Tibet y Mongolia, así como entre China y Asia Central.

Como ocurrió en épocas pasadas en otros lugares de India y Europa, un grupo de personas formó una comunidad cerca de un conocido oasis a las afueras de la actual capital de la provincia de Gansu, en las dunas de Mingsha. No lejos de allí se encuentran las cuevas que dieron vida a un centro religioso y de meditación, bien para el estudio o para llevar una vida contemplativa. La importante encrucijada en donde se encuentran las cuevas y su fácil acceso al agua -en un territorio rodeado de espacios desérticos- hizo que a lo largo de los siglos se asentaran gentes de diversas civilizaciones y culturas, como la sánscrita, tibetana, uigur, india o persa, siempre con el ánimo de meditar y de llevar una vida sosegada y espiritual -como ocurrió anteriormente a miles de kilómetros de distancia- en los santuarios sagrados de Ellora y Ajanta en la India o posteriormente -en la Edad Media- en los primeros monasterios y conventos europeos de Francia, Italia y España .


En los cerca de mil años transcurridos y compartidos entre eremitas, anacoretas y comerciantes  se fue constituyendo en torno a las grutas de Mogao el mayor tesoro búdico del mundo, el cual pudo ser contemplado y admirado por miles de mercaderes que hacían sus aprovisionamientos y ventas en las posadas de Dunhuang situadas en  un punto geográfico  obligado de las caravanas de la Ruta de la Seda de camino desde las llanuras orientales de China hacia las remotas tierras de Uzbekistán y de Kazajistán en Asia Central y viceversa.

Las cuevas se encuentran en un importante enclave de este magno trayecto entre oriente y occidente. En la crucial encrucijada geográfica de la provincia de Gansu, entre los desiertos de Taklamakán y Gobi. Las caravanas de camellos, caballos, esclavos y comerciantes iban y venían atravesando los desiertos en una y otra dirección, para juntarse en ese cruce de caminos a las mismas puertas de la actual China oriental, antiguamente llamada en los relatos medievales europeos “Catay”.


Las grutas y su valor histórico


Si bien Dunhuang fue una importante etapa comercial, como lo fueron en la Ruta de la Seda Samarcanda o Alepo, esta nota pretende más bien resaltar su hado o destino, pues durante un milenio este lugar fue centro de oración budista y de intercambios culturales prácticamente desconocidos hasta hace un siglo.

 


Entrada principal a algunas cuevas visitables

Las grutas de Mogao conforman un conjunto de 492 templos situados en unas cavidades naturales al noroeste de la provincia de Gansu, a su vez en el noroeste de China, en un borde del desierto de Gobi. Se las conoce también como las cuevas de los mil Budas.

 

Muchas de estas cavernas están decoradas en su interior. Se estima que las escenas de la vida cotidiana y religiosa de diversas etnias que allí se asentaron han quedado recogidas en 45.000 m2 de pinturas murales. A lo largo de éstas podemos admirar un pasado espiritual monumental.


Interior de una de las cuevas [2]

Los subterráneos albergan miles de esculturas y manuscritos. En total se han hallado en torno a 2.500 esculturas pintadas y unos 60.000 documentos escritos en más de diez idiomas entre los siglos V y XI[3]. Muchos de estos textos son de carácter religioso. Bajo la corteza terrestre de esta magna obra subterránea se ha descubierto el Sutra del Diamante, del S. VIII o IX, considerado como uno de los libros más antiguos del mundo.


Aparte de los textos espirituales, se han hallado contratos, calendarios, libros de medicina, astronomía, literatura, historia, geografía… en fin, una extensísima biblioteca de una enorme importancia para la transmisión del saber. Se ha desvelado que hubo por tanto -en medio de un vasto espacio desértico de Asia- un verdadero archivo histórico, una vasta colección de esculturas y una increíble biblioteca, las cuales se fueron enriquecido durante siglos con deslumbrantes tesoros.   


Las cuevas se fueron adornando con miles de esculturas y estatuas, muchas de ellas policromadas, llegando a alcanzar sus tallas una altura de 35 metros. Unas fueron a veces engalanadas con pinturas sobre seda y papel  o con brocados, otras fueron pintadas sobre la misma roca.

Todo esto viene para poner en valor que la Ruta de la Seda no sólo fue una vía para el intercambio y cruce de mercancías, sino también el principal sendero de transmisión de noticias, mercancías e ideas de todo tipo entre Oriente y Occidente.

 

 Muchos de esos tesoros se conservaron durante siglos, incluso con su hermosa policromía, gracias a los pigmentos utilizados y a la sequedad del desierto… Cuando el monje taoísta Wang Yuanlu, los descubrió, a principios del S. XX, ya habían sido en parte expoliados. Poco después de su descubrimiento, en 1906, llegó Sir Arthur Stein y se llevó todo lo que pudo al Museo Británico. Como nos dijo el guía, sonriendo:


“pasaron por aquí unos “bárbaros extranjeros”, por donde, durante siglos, otros extranjeros habían dejado sus reliquias culturales. Y en unas semanas, se llevaron todo lo transportable, incluido el Libro y texto búdico impreso más antiguo del mundo”.


Quedó el tesoro inamovible de estatuas y frescos, y aún se pudieron recoger muchos documentos que han servido a los expertos para enriquecer nuestro conocimiento con el adquirido por quienes vivieron en este territorio o pasaron por él en el lejano pasado.


Los principales documentos y reliquias que se “salvaron” del saqueo occidental están hoy conservados, en condiciones adecuadas, en la Biblioteca Nacional de Pekín.



El Centro de Artes Escénicas como promotor de la cultura de la Ruta de la Seda


Dada la relevancia histórica de Dunhuang, la ciudad se ha convertido en una sobresaliente ventana cultural de la provincia de Gansu y de la Ruta de la Seda.

La municipalidad de Dunhuang, la provincia de Gansu y el gobierno chino han invertido importantes recursos para el desarrollo de un espléndido complejo cultural formado por varios teatros, con una capacidad para cerca de dos mil de espectadores.


Salón de entrada del Gran Teatro de Gansu

Para la Expo de 2023, celebrada en Dunhuang, se patrocinó un musical a gran escala: Las Apsaras Voladoras” (The Flying Apsaras), del Grupo de Artes Escénicas Orientales de China. El concierto asoció musicalmente la literatura y el arte de la Ruta de la Seda. La obra narró diversas leyendas maravillosas, mostrando la riqueza, el brillo y la inclusividad de las culturas asentadas a lo largo  de esta famosa ruta. Otro mensaje transmitido por el espectáculo fue el de la necesidad de conectar el mundo mediante intercambios de conocimiento y aprendizaje mutuo entre civilizaciones.


Representación de una Apsara

El musical se centró en ilustrar al mundo, a través de catorce composiciones y canciones, las visicitudes de las Apsaras, ninfas celestiales e inmortales de los bosques.


Se consideran a estas sílfides como seres divinos, etéreos, cual bailarinas celestiales. Sus leyendas se extienden por las mitologías del sudeste asiático. Poseen una reconocida gracia, pureza y belleza, expresadas musicalmente, así como a través de las artes escénicas y plásticas orientales. Sin embargo, también son conocidas por poder distraer y seducir a los ascetas...


Aparte de basarse el repertorio en música tradicional china, se integraron en la obra elementos musicales de Asia Central y Occidental, como muestra del papel internacional jugado por Dunhuang durante siglos en los intercambios culturales ocurridos en la Ruta de la Seda.



El Centro de Exhibición Digital


A unos escasos 16 kilómetros de distancia de las grutas se ha levantado recientemente un moderno centro para la protección cultural de los descubrimientos que van teniendo lugar en las cuevas de Mogao. La misión de esta institución consiste en primer lugar, en salvaguardar los tesoros budistas, las pinturas, esculturas y escritos, fundamentalmente de la época de las dinastías Sui (581-618) y Tang (618-907). En segundo lugar, se pretende dar a conocer, a quienes se acerquen a Dunhuang, el rico legado histórico y cultural encontrado en la provincia de Gansu a comienzos del siglo XX.   


El moderno Centro de Exhibición Digital

Quienes vienen a visitar las Cavernas de los Mil Budas acuden a este Centro de Exhibición Digital sin dudarlo, sobre todo para ver una extraordinaria película de 30 minutos producida con técnicas cinematográficas digitales de  tecnología punta, desarrollada por Tencent con la colaboración de eminentes historiadores e ingenieros. En esta fabulosa grabación, el espectador puede ver con gran detalle las mejores imágenes de los sagrados tesoros excavados en Mogao, algunos de los cuales no están aún expuestos al público, para evitar que se dañen los colores de los frescos, a causa de la afluencia de turistas.


Gracias a las tecnologías de la información del siglo XXI, dentro de poco tiempo millones de personas podrán conocer mucho mejor el pasado, presente y futuro de este extraordinario hallazgo cultural, clasificado en 1987 por la UNESCO -por su excepcional valor universal- como Patrimonio de la Humanidad.


[1] Las cuevas de Mogao fueron construidas y excavadas a partir del año 366 d. C.

[3] La mayoría de los manuscritos están en los idiomas chino y tibetano. Otros idiomas presentes son el khotanés, sánscrito, sogdiano, hebreo, árabe, siríaco, tangut y uigur.


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