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LA VISIÓN DE SOFT POWER: SER UN DRAGÓN PODEROSO PERO PACÍFICO

Por Lisa Wang

Publicado el 18/04/2024


El poder blando, o soft power, es la habilidad de un estado para liderar en el panorama internacional sin hacer uso de la fuerza o la coerción. Según Joseph Nye, Ex subsecretario de Defensa para Asuntos de Seguridad Internacional de los Estados Unidos, el soft power se apoya en tres pilares fundamentales: cultura, valores políticos y políticas internacionales.

¿Quién lidera el mundo en términos de poder blando? Según un estudio elaborado por Brand Finance en 2024, Estados Unidos, Gran Bretaña y China encabezan el ranking de naciones con mayor influencia política y cultural. China sustituye a Alemania en la tercera posición incrementando su puntuación global con respecto al año anterior. Este aumento se atribuye a una notable mejora en la percepción de China en los indicadores clave de Negocios y Comercio, así como en Educación y Ciencia.

Sin embargo, cabe resaltar que el enfoque en que China y Occidente abordan el soft power es muy diferente. Los países occidentales basan su poder blando en conceptos como la democracia liberal, mientras que China se apoya en el desarrollo económico y la coexistencia pacífica, una postura pragmática alejada de cualquier discurso de superioridad ideológica. Es lo que algunos académicos llaman el «ascenso pacífico», un concepto que tiene sus raíces históricas y culturales en el confucionismo: la política de tolerancia y coexistencia, no de imposición.


Las vías de influencia de la cultura y los valores chinos

Los políticos chinos son cada vez más conscientes del poder de la cultura en su soft power. La cultura tradicional china es una de las civilizaciones más antiguas, por lo que tiene una gran atracción en todo el mundo. En numerosas ciudades occidentales y orientales se celebra el Año Nuevo Chino, se organiza el año cultural chino, se degusta su gastronomía y se estudia su lengua en los Institutos Confucio. También existen medios de comunicación chinos como la cadena de televisión china CGTN, que emite programas en el idioma español, o la agencia de noticias Xinhua, que informa en varios idiomas incluyendo el chino, el español y el inglés.

 

Esta influencia se ve reforzada por la red de ciudadanos de origen chino que viven en el extranjero, con importantes comunidades en muchas capitales del mundo. Entre los valores que se transmiten a través de esas influencias, junto con la creciente interacción comercial de las empresas chinas con el exterior, podemos destacar el trabajo duro, la capacidad de aprendizaje con un enfoque práctico, la orientación a las personas y las relaciones, la importancia de la jerarquía en las organizaciones y la adaptabilidad al entorno.


El soft power de China en España y el mundo

China era ya una importante potencia mucho antes de la creación de este término. Sin embargo, desde la etapa final de la dinastía Qing (1840-1912), su relevancia en el tablero internacional fue desapareciendo. Solo en las últimas décadas, con el crecimiento político, militar y económico, es cuando el soft power de China ha ido ganando terreno nuevamente y su voz internacional ha cobrado mayor protagonismo.

En los últimos 20 años, China ha dado importantes pasos para tomar parte en el escenario internacional. Por ejemplo, la entrada en la Organización Mundial de Comercio en 2001 o la ratificación voluntaria del Protocolo de Kyoto en 2002 a pesar de no encontrarse entre los países firmantes. China es también uno de los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad de la ONU.

Si echamos la vista atrás, las relaciones entre China y España se remontan al siglo II a. C. a través de la Ruta de la Seda, aunque las relaciones diplomáticas entre ambos países se establecieron en 1973. Desde hace cerca de cinco décadas, ambas naciones han fomentado los intercambios culturales, los gestos de amistad y sintonía entre ambos pueblos como vehículo para canalizar el soft power en ambas direcciones. Hoy más de 50.000 estudiantes españoles están aprendiendo chino y más de 50.000 estudiantes chinos estudian el español.

En cuanto a la América Latina, China es el segundo mayor inversor y el segundo mayor socio comercial de la región. La cooperación económica entre ambas partes ha fomentado la interconectividad de las infraestructuras, generando beneficios mutuos.

Las iniciativas de intercambios culturales no se limitan al mundo de habla hispana. China proporciona formación a los cargos oficiales de gobiernos de países del hemisferio sur, mostrando su particular modelo económico y sus resultados en la lucha contra la pobreza. En el caso de África, se ha desarrollado una política exterior económica que consiste en proporcionar su experiencia en reforma y desarrollo. China se ha convertido en el principal inversor de África del mundo, aportando capital para construir las infraestructuras necesarias para el desarrollo de los países del continente, ofreciendo asistencia humanitaria y fomentando programas de formación.

Hay voces críticas que señalan el interés geopolítico de China en el hemisferio sur o califican el soft power chino como un nuevo “neocolonialismo”. Pero lo cierto es que la idea del desarrollo compartido de China es cada vez más reconocida y mejor recibida por los latinoamericanos y por los africanos. La cooperación comercial también se ha traducido en un mayor intercambio cultural.

Como vemos, el talante de China en términos de soft power es muy distinto al de otras superpotencias. En la cultura china, el dragón es un símbolo poderoso y pacífico. Los líderes chinos han basado su inspiración en esta simbología del dragón benevolente para diseñar su estrategia de poder blando.



La evolución del soft power 

 Al igual que la cultura, el soft power también evoluciona alimentándose de la influencia exterior de forma continua. Vivimos tiempos con mucha incertidumbre. Pandemia, inflación, cambio climático, crisis económica, guerras... Estamos viendo que en el panorama político la globalización está dando paso a una nueva geopolítica de bloques que va a condicionar la internacionalización y la economía mundial.

En tiempos convulsos como los actuales, la situación nos pone a prueba y es más necesario que nunca que las personas, las organizaciones y las naciones se adapten a la nueva situación y asuman posturas de poder teniendo en cuenta el interés común.

Como dijo Darwin, no es el más fuerte ni el más inteligente el que sobrevive, sino aquel que se adapta mejor al cambio. Esperemos que la flexibilidad y la resiliencia, dos valores que han destacado en la identidad cultural china, nos ayuden a superar nuevas situaciones adversas y salir fortalecidos de ellas.

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