“La nueva ruta de la seda” en el Real Casino de Madrid: el entendimiento es posible
Por Javier Porras Belarra*
Doctor en Estudios Europeos
Profesor de Relaciones Internacionales y Derecho de la Unión Europea
Universidad CEU San Pablo
Responsable de la Sección de Unión Europea, Cátedra China.
Publicado el 20/11/2023
De izquierda a derecha, el presidente emérito de Cátedra China, Marcelo Muñoz; el exministro del Gobierno de España, Miguel Sebastián; el embajador de la República Popular China en España, Yao Jing; el presidente del Real Casino de Madrid, Alfredo Alvar; el vicepresidente de Cátedra China, Ramón M.ª Calduch y la gerente de Cátedra China, Marta Montoro. Foto: Real Casino de Madrid.
El filósofo y economista escocés Adam Smith, planteó en su obra La riqueza de las naciones que “el libre comercio es la mejor forma de promover la paz y la cooperación entre naciones”. Y sobre esta base se llevó a cabo la tertulia económica en el Real Casino de Madrid el pasado 25 de octubre.
En un ambiente distendido pero riguroso, tuvimos la ocasión de intentar comprender cómo la República Popular de China (que no podemos entenderla exclusivamente en clave de Estado, sino que converge en ella una civilización) está llevando a cabo su encaje en la denominada “gobernanza global” o “multipolarismo”.
Sin ninguna duda, hay comportamientos y tendencias tanto internas como externas ajenas a la tradición europea/occidental, lo que conlleva que el diálogo sea sumamente complejo. Cuando expresamos que no hablamos el mismo idioma, no hacemos referencia sólo al hecho lingüístico, sino que lo trasladamos a las vertientes económica, jurídica y de modelo social.
La primera cuestión que nos planteamos en la mencionada tertulia, muy bien matizada por el economista el Dr. Ramón María Calduch, es si podemos combinar las aportaciones sustanciales al bienestar del ser humano de ambas civilizaciones. Y la respuesta es positiva, siendo un claro ejemplo los conocimientos en medicina, en dónde la ciencia occidental y china pueden complementarse, que no sustituirse. A ello debemos de sumar las aportaciones en inversión en infraestructuras, como se encargó de recordarnos Laura González Escallada, quien conoce bien las conexiones comerciales entre China, Hispanoamérica y la Unión Europea.
El Salón Príncipe del Real Casino de Madrid acogió el acto para conmemorar el X Aniversario de la iniciativa “La franja y la ruta, oportunidades para todos”. Foto: Real Casino de Madrid.
La segunda cuestión fue abordada principalmente en el seminario que tuvo lugar por la tarde sobre el “X aniversario de la iniciativa la franja y la ruta, oportunidades para todos”. En el mismo contamos con dos brillantes intervenciones, una por parte del Excmo. Sr. D. Yao Jing, embajador de la República Popular China en España y otra por parte del Excmo. Sr. D. Miguel Sebastián, exministro de Industria del Gobierno de España. Así mismo participo el Sr. D. Marcelo Muñoz, presidente de Cátedra China.
Si bien es cierto que el objetivo fue llevar a cabo una descripción de la mencionada iniciativa y un análisis de la misma, el trasfondo de la actividad puede llegar a ser mucho más crucial. Que un embajador se preste públicamente a dar explicaciones sobre la política comercial y económica de su país en un foro fuera de la academia no debería de ser noticia, pero debo de reconocer que nos sorprendió (gratamente) a todos los asistentes. Igualmente, que pueda ser analizado y criticado por un experto en economía (que era la calidad en la que acudió el Dr. Miguel Sebastián) tampoco debería de ser noticia.
No entraré en los detalles de análisis porque fueron publicados en la prensa en los días posteriores (pueden consultar en este enlace), pero sí que querría analizar con los lectores lo que supuso este evento, que fue la predisposición al diálogo.
El embajador de la República Popular China en España, Yao Jing, el presidente del real Casino de Madrid, Alfredo Alvar y el exministro del Gobierno de España, Miguel Sebastián, durante el acto de conmemoración. Foto: Real Casino de Madrid.
Conocemos poco la realidad, la historia y los planes de futuro de la República Popular de China. Pero también mostramos cada vez más desafección por conocer la realidad y la idiosincrasia europeas. Como europeos, no debemos de renunciar a nuestros valores y principios políticos, sociales ni jurídicos. Sabemos lo que ha costado conquistar más de setenta años de paz y disfrutar de la prosperidad de la que disfrutamos hoy en día, si bien debemos de trabajarlo y cuidarlo día a día para no perderlo. Tampoco vamos a negar una realidad, y es que la R.P. de China choca frontalmente con gran parte de nuestros valores y nuestra visión del mundo. Pero frente a esta colisión, debemos de preguntarnos: ¿nos mantenemos al margen?; ¿ignoramos la realidad de la presencia y apertura de China al mundo y a las instituciones internacionales? Y para mí lo más crucial, ¿estamos dispuestos los españoles y por extensión los europeos a librar la “batalla dialéctica” mirando frontalmente a los ojos de nuestros competidores?
Porque sí queridos lectores, no se trata de que nos guste o no, de que nos seduzca más o menos “el lejano oriente”. Se trata de que China siempre estuvo allí y ahora también está aquí. Por ello, sólo podremos garantizar seguir con nuestro “European way of life” (parafraseando el célebre eslogan norteamericano) si estamos dispuestos a conocer a nuestro competidor y poder alcanzar acuerdos marco de mínimos que sean de provecho para las dos partes.
Claro que no vamos a entendernos (todavía) si hablamos del Derecho a la vida, del concepto de individuo, de las ideas del liberalismo político o del ciudadano y gran parte de nuestros derechos fundamentales. La discusión dialéctica entre el pensamiento confuciano (que es el que opera en la R.P. de China) y la escolástica europea (de la que se nutre nuestra Ilustración) aún no se ha producido, pero llegará. Pero mientras tanto, tendremos que hacer un esfuerzo por acercarnos. Y ese acercamiento vendrá por el comercio, por el lenguaje universal de las finanzas e inversiones. Por eso, tertulias y seminarios como el del Real Casino de Madrid son necesarios, tal y como señaló su presidente.
Como nos recordó D. Marcelo Muñoz, decano de los empresarios españoles en China, ésta maneja unos tiempos de planificación muy distintos a los que estamos últimamente acostumbrados en Europa. Debemos de planificar en términos de civilización, pensado en el medio y largo plazo, en las próximas generaciones (sin renunciar a las necesidades inmediatas que necesitan respuesta). Tan sólo hay que recordar que así nació la Comunidad Europea del Carbón y del Acero, posterior Comunidad económica Europea y actual Unión Europea, como un proyecto que disfrutarían los nietos de los promotores. China lo ha entendido y nos está estudiando (lo que conlleva hacer un esfuerzo de comprensión). EL estudio debe de ser recíproco, y, por tanto, nuestros representantes políticos y sociales deben de estar a la altura del reto.
Ese es el resumen: comprensión mutua (Hùxiāng lǐjiě), lo que no quiere decir ausencia de discrepancias. Nos queda aún mucha ruta por cubrir, por eso, debemos de afrontar la marcha con espíritu peripatético.
*Nota: Las ideas contenidas en las publicaciones de Cátedra China o de terceros son responsabilidad de sus autores, sin que reflejen necesariamente el pensamiento de esta Asociación.
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