Impresiones sobre la presencia china en el istmo de Panamá
En una reciente visita al Museo del Canal Interoceánico de Panamá, leí en una de sus salas una breve descripción sobre un suicidio colectivo de la comunidad china empleada en las obras del ferrocarril que se estaba construyendo en el istmo, entre otros motivos para transportar de forma masiva a obreros, mineros y demás buscavidas a California durante los años de la Fiebre del Oro.
Por Christian Careaga*
La familia en la cultura china, encargada de garantizar la estabilidad y la armonía, es considerada la estructura social por excelencia. En la foto aparece la familia Chan, una de las primeras familias tradicionales chinas en Panamá. Fuente: Enexclusiva.com
Decía el artículo publicado en un Harper’s New Monthly Magazine de 1859, comentando una noticia sobre los obreros chinos inmigrados en 1852 a lo que es actualmente Panamá:
La lectura de esta increíble crónica -en cierta forma coetánea con otros sucesos en China, como las guerras del opio durante el llamado siglo de la humillación-, me animó a escribir este artículo en recuerdo y homenaje a aquellos desdichados emigrantes.
Durante el último siglo y medio, la escasamente conocida diáspora china ha supuesto el desplazamiento de muchos millones de personas desde el dragón asiático a todos los continentes. Parte de dicha dispersión llegó a América Latina en el siglo XIX, en gran medida, en búsqueda de mejores oportunidades de vida.
Hacia 1810 los territorios correspondientes a la Real Audiencia de Panamá declararon su unión voluntaria a la Gran Colombia. Posteriormente se produjeron cuatro intentos de separación de Colombia. Finalmente, con la ayuda de los EE.UU. se consiguió la separación definitiva de Colombia, estableciéndose en 1903 la República de Panamá.
A mediados del siglo XIX Panamá necesitaba contratar una copiosa mano de obra sumisa y resistente a las adversidades para trabajar en proyectos de infraestructura, tales como el abastecimiento de agua a la capital, la expansión urbana y las infraestructuras de transporte marítimas y terrestres para personas y pasajeros.
Vinieron millones de emigrantes a América para faenar en determinados proyectos, como por ejemplo la construcción del ferrocarril entre las costas de los océanos Atlántico y Pacífico o simplemente como reemplazo de esclavos africanos tras la abolición de la esclavitud en los EE.UU. La abrumadora mayoría de los descendientes de chinos fue traída al istmo durante la época colonial en condiciones de semi-esclavitud o cautividad por los españoles.
Obras del ferrocarril en el istmo de Panamá
Un cupo importante de aquella remesa de emigrantes llegó de Cuba. Esta comunidad era completamente diferente de las otras, ya que sus miembros habían pasado por un proceso continuo de mezcla racial. La razón detrás del distinto proceso de adaptación es porque los chinos que llegaron a la isla fueron casi exclusivamente hombres y se casaron con mujeres criollas o mestizas. La mayoría de los cubanos de origen chino también tenían ascendencia africana y española. Debido a su profunda aclimatación a la sociedad local, los chinos de ultramar en Cuba habían podido mantener su identidad cultural.
Otra parte importante provino de Norteamérica. Gente humilde llamados “coolie”, apelativo empleado para cargadores, personas dedicadas a la estiba o trabajadores de escasa cualificación, por lo general de origen asiático, los cuales se desplazaron a Panamá con el deseo de evadir la hostilidad encontrada a veces en Estados Unidos.
Participaron en la ejecución del proyecto del ferrocarril entre Chagres y Ciudad de Panamá -entre otros- hindúes, españoles, chinos, irlandeses, jamaicanos y esclavos africanos. Las obras de construcción de la vía ferroviaria comenzaron en 1850 y duraron en torno a 5 años, falleciendo en su construcción unas 15.000 personas, fundamentalmente debido al clima, las condiciones laborales y las enfermedades endémicas de la región, tales como la fiebre amarilla, la malaria y el cólera.
Más chinos llegaron durante la segunda mitad del siglo XIX desde su patria, América del Norte y desde el Caribe a la zona del istmo. La prosperidad no les llegó sin dolor, ya que sufrieron una constante discriminación y trabajaron en condiciones extremas en la selva, donde murieron por centenares. En muchos casos se suicidaron después de ser privados de opio, la droga que demandaban los adictos tanto como medio de pago como por sus efectos narcóticos.
Al principio los inmigrantes chinos fueron contratados para trabajar en la construcción del ferrocarril nacional, pero pronto pudieron prosperar en el sector comercial. Casi un siglo más tarde, en 1941, el gobierno local inició una persecución contra la población de origen chino, lo que provocó la creación de 35 asociaciones en todo el país. También por razones políticas se produjo otra ola significativa de emigrantes chinos: los que huyeron de su país después de los enfrentamientos en la Plaza Tiananmen.
La actual comunidad chino-panameña ha podido conservar muchas de las tradiciones vernáculas. Sus ciudadanos han mantenido vínculos estables a través de la familia y las relaciones de mutuo apoyo, sea en un orden formal o mediante la práctica del Guanxi, donde las relaciones personales favorecen los intereses comerciales.
Aunque no existen datos fidedignos, puede estimarse que hoy en día la comunidad china supera los 150.000 miembros en el país centroamericano de Panamá. Indudablemente, esta comunidad y sus asociaciones tan desafortunadas y maltratadas en el pasado tienen un papel importante que jugar en las relaciones bilaterales entre la República Popular China y Panamá.
Barcos en las esclusas del Canal de Panamá
Las ambiciones del gobierno de Xi Jinping han despertado un gran interés en Centroamérica por ampliar sus propias infraestructuras marítimas y terrestres, fundamentalmente en Nicaragua y Panamá. La extensión del proyecto de la Nueva Ruta de la Seda hacia Iberoamérica es evidentemente un paso más geoestratégico de China para posicionarse frente a la poderosa y larga hegemonía estadounidense en el continente americano.
Por otra parte, el Imperio del Centro desea mitigar el posible impacto de la actual guerra comercial con Estados Unidos sobre sus canales de distribución de mercancías a escala planetaria. Las visitas de 2018 y 2020 a Panamá del presidente chino suponen un impulso para la cooperación bilateral en otros campos, como el turismo, la agricultura, las plataformas logísticas, el comercio, la cultura, la educación y en ciencia y tecnología.
La consideración de la construcción de otra mega-infraestructura en Centroamérica en el siglo XXI merece ser tratada en una reseña aparte.
Sirva este corto artículo para recordar la penosa situación laboral de los inmigrantes -pasados y presentes-, así como llamada de atención frente a quienes todavía discriminan, ofenden e incluso perjudican a terceros por prejuicios xenófobos o por diversos motivos infundados.
*Nota: Las ideas contenidas en las publicaciones de Cátedra China o de terceros son responsabilidad de sus autores, sin que reflejen necesariamente el pensamiento de esta Asociación.
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