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GABRIEL GARCÍA-NOBLEJAS ENTREVISTA A TACIANA FISAC CON MOTIVO DE LA PUBLICACIÓN DE SU ÚLTIMA OBRA: "CLAVES DE LA GRAMÁTICA CHINA"

Por Gabriel García-Noblejas

Publicado el 28/05/2024






Pregunta: El libro es un trabajo de muchos años. No sólo años de escritura en sí, sino también años de —imagino— recopilación de datos, percepción de necesidades en los profesores y los alumnos, etc. ¿Nos puede exponer cómo fue surgiendo en usted la idea de escribirlo? No para qué, sino cómo fue naciendo en usted la idea, cómo se fue gestando, tomando forma.

 

Este libro surge de mi propia práctica de la docencia del chino a hispanohablantes y de la traducción literaria del chino al español a lo largo de más de treinta años.

Cuando enseñaba gramática del chino a estudiantes de la Universidad Autónoma de Madrid, al igual que cuando participé en cursos de formación para jóvenes chinos que querían ser profesores de chino en España, comprobaba que muchas explicaciones tradicionales de la gramática china resultaban excesivamente complejas y no facilitaban demasiado el aprendizaje. La mayoría de las explicaciones tradicionales me resultaban insatisfactorias.  Incluso cuando hice una traducción y adaptación de una gramática del chino muy reconocida internacionalmente me di cuenta de que había muchas cuestiones que no estaban bien resueltas. 

 

Por otra parte, la traducción, en especial la última que realicé de Los cuatro libros de Yan Lianke, me hizo cuestionarme muchas cosas. El chino me ha parecido siempre una lengua de una enorme lógica. Sin embargo, la gramática que se explica, a mí me parecía que no correspondía con esa lógica.  Decidí profundizar y, poco a poco, fui descubriendo que la estructura «tema-comentario» tenía más importancia de la que normalmente se le daba, y que el aspecto verbal era una categoría fundamental para entender el comportamiento del verbo en chino. Por último, al traducir a Yan Lianke y toparme con palabras a las que parecía otorgarse un significado distinto al habitual, entendí que este autor jugaba con el orden de las palabras, las dotaba de un nuevo sentido al cambiar su posición en la oración y, por tanto, modificar su función gramatical.

 

Estas son, a mi entender, las tres claves para entender la gramática del chino: la estructura tema-comentario (o como dicen los lingüistas, tópico-comentario), el aspecto verbal y el orden en el que se han de situar las palabras para dotarlas de una función gramatical específica. En chino, una misma palabra puede, dependiendo de su posición en el tema o en el comentario, tener una función gramatical distinta.


 

P: Ahora sí, ¿nos explicaría con qué objetivos —pues seguramente han sido varios— lo ha escrito?

 

El primero de ellos es poder dar explicaciones comprensibles a los estudiantes hispanohablantes de chino, para aclarar puntos que parecen más complejos del chino. Escribir este libro me ha permitido aclararme a mí misma algunas construcciones que antes me resultaban confusas, y creo que ahora, no solo puedo enseñar el chino mejor, sino que la traducción de textos literarios chinos me resulta muchísimo más sencilla, al tener más claro cuáles son las estructuras naturales del chino, que nada tienen que ver son la tradicional explicación de que es una lengua de Sujeto-Predicado o Sujeto-Verbo-Objeto.


 

P: El libro ya está traducido al italiano y acaba de aparecer en inglés—en nuestra opinión— sin duda merece traducirse a muchas lenguas más. ¿Cree que sus lecciones son más para lectores/profesores hispanohablantes o son generales y pueden ser útiles a cualquier profesor que trabaje con cualquier alumnado de cualquier lengua? Dicho de otro modo: al escribir, ¿tenía en mente explicar la gramática china a hispanohablantes o pensaba más bien en cualquier hablante?

 

Claves de la gramática china es un manual escrito específicamente para hispanohablantes, estudiantes de chino, profesores de lengua china e investigadores de lingüística que trabajan en tipología lingüística o en aspectos de lingüística comparada. Las comparaciones que ofrezco en el libro, en su versión original, son específicamente para hablantes de español. Proporciono muchos ejemplos con la estructura «tema-comentario», que se encuentra también muy frecuentemente en el español coloquial. Pero ciertas explicaciones hay que adaptarlas si se quieren extrapolar a otras lenguas. Por dar un ejemplo, el uso del artículo determinado o indeterminado en español y su correspondencia en chino no se menciona nunca en las gramáticas de chino tradicionales, pero mis análisis sobre la equivalencia del artículo en chino y en español hay que adaptarlo cuando se explica la gramática del chino a un estudiante cuya lengua materna es el inglés, puesto que en inglés se hace un uso del artículo determinado o indeterminado mucho más restrictivo que en español. Lo mismo se podría decir también de los tiempos verbales, que en español son mucho más variados que en inglés.

 

La versión que se ha publicado en italiano y la que acaba de a salir en inglés no son una mera traducción. Ha habido que reescribir muchas partes del libro para adecuar la comparación del chino con esas lenguas. De ahí que me haya ayudado a hacerlo el profesor Riccardo Moratto. La versión inglesa se ha publicado bajo el título de Fundamental Structures of the Chinese Language: Topic-Comment and other Key Structures.


 

P: ¿Cree que su alumnado hispanohablante tiene obstáculos propios y particulares frente a los hablantes de otras lenguas al aprender el chino? ¿Cuáles son esos obstáculos, digamos, propios de los hispanohablantes?

 

Respecto a la gramática, muchos obstáculos se podrían también aplicar a hablantes de otras lenguas, pero algunos son específicos de los hispanohablantes. En español hay una enorme flexibilidad respecto al orden en el que se colocan las palabras o las distintas partes de la oración, mientras que en inglés ciertos términos requieren una posición más fija. Por ejemplo: en chino, el adjetivo siempre ha de colocarse antes del sustantivo, como en inglés, y la estructura con el genitivo sajón también es equiparable a la posición en chino. De ahí que las gramáticas del chino, que siempre nos han llegado a través del inglés, dediquen muy poco espacio a aclarar este punto. Pero no ocurre así en español, que utiliza otro orden mucho más flexible y permite colocar un adjetivo antes o después de un nombre, y sitúa el complemento del nombre después de dicho nombre. En chino todas y cada una de las funciones gramaticales que adoptan las palabras tienen que ver con la posición y el orden en la oración. Y un estudiante español ha de saber cuál es la función gramatical de este orden: el adjetivo siempre se sitúa antes del sustantivo, el adverbio siempre antes del verbo. En muchas ocasiones el orden del chino es semejante al del español, pero en otras muchas es justamente el inverso, y esta mezcla es lo que complica las cosas, sobre todo porque no se explica con claridad. En español podemos cambiar el orden sin modificar excesivamente el sentido, dando énfasis a alguna parte de la oración, pero en chino no se puede hacer eso.


 

P: No faltan las gramáticas del chino, tanto en chino como en otras lenguas occidentales. ¿Nos puede resumir qué nueva mirada aporta su obra? ¿Qué tiene —y sabemos que es mucho— de original frente a otras gramáticas?

 

En Claves de la gramática china explico que el chino tiene una estructura de «tema-comentario», y desarrollo esta afirmación de modo sistemático y en comparación directa con la lengua española, en especial con el español coloquial. Esto nunca se había hecho hasta ahora. Curiosamente, el español coloquial hace uso de muchas construcciones de «tema-comentario». Por ejemplo, si decimos:

 

«El libro, lo he comprado».

«Ella, ya te he dicho que no viene mañana».

 

Estas son frases típicas de la lengua oral en español y esa es también la estructura de la oración en chino, tanto en la lengua hablada como escrita.

Claves de la gramática china facilita la comprensión de oraciones chinas que hasta ahora se han considerado raras y que a la luz de la estructura «tema-comentario» adquieren una nueva claridad. Nunca nos habían explicado que el uso del artículo determinado e indeterminado español tiene una correspondencia con la posición inicial de una palabra en el tema, o con el uso de estructuras muy características del chino con ba 把o bei 被, que son en realidad estructuras de doble tema.

 

En el segundo capítulo profundizo en la categoría de aspecto verbal de un modo más amplio de lo que se ha hecho habitualmente, y entonces se pone de manifiesto que el verbo chino no se puede equiparar a los tiempos verbales españoles. El verbo en chino es una de las mayores dificultades de la gramática, porque el aspecto verbal del chino ofrece numerosos matices de la acción. En el libro muestro muchos ejemplos y hago propuestas respecto a construcciones verbales aspectuales. El verbo en chino y el aspecto verbal no se refieren a «cuándo» se realiza una acción sino a «cómo» se realiza la acción.


 

P: Usted es una de las profesoras más experimentadas en la docencia de la lengua china que hay en España, si no la más experimentada. ¿Cómo ha evolucionado la docencia en España desde que usted comenzó a impartirla?

 

Afortunadamente las cosas han ido mejorando mucho. Ahora ya no se considera que estudiar chino sea algo exótico. Hay más personas preparadas y los estudios de Asia oriental se han ido consolidando en la Universidad española, con algunos jóvenes valiosos que se van incorporando con buena preparación.   



 

P: Si pudiera hacer una reforma real de los estudios chinos en la universidad española, ¿qué cambiaría? ¿Los planes de estudio, los años de estudio, qué?

 

Lo primero que cambiaría es la burocracia inútil que se ha generado en torno a los planes de estudio y la evaluación de las titulaciones que impide cambiar el modo de impartir una asignatura sin generar burocracia. Ahora son más importantes los papeles que los resultados. Y es triste la cantidad de tiempo que se pierde en tareas que no mejoran nada.



 

P: Usted aprendió la lengua china, como quien dice, sin darse cuenta, en casa, desde pequeña, de la forma más natural del mundo. Pero no es el caso más normal (aunque me consta que ya hay padres que siguen el ejemplo). ¿Cuál es su vivencia personal e intransferible, que el chino le fue difícil de aprender o que no?

 

Lo de «aprender la lengua china, como quien dice, sin darme cuenta», me parece más bien una broma. Nada más lejos de eso. No aprendí la lengua china de un modo sencillo y natural. Comencé con algunas clases particulares, una o dos horas a la semana antes o después de salir del colegio. Y los avances fueron lentos, con cambios constantes de profesores. Incluso manifesté a mis padres que no quería seguir estudiando chino. No era fácil encontrar buenos profesores. Durante muchos años tuve largos periodos sin clases de chino. Finalmente, tuve una excelente profesora: Leticia Hsing, que vivió al menos dos cursos académicos en mi casa, mientras ella hacía su tesis doctoral, que defendió en 1975 en la Universidad Complutense. Ella me enseñaba cuando yo volvía del colegio. Con ella aprendí realmente y se dio cuenta de que yo ya estaba cansada, por lo que trataba de enseñarme con juegos o dando la clase de un modo relajado. Cuando se casó me quedé sin profesora y unos seis o siete años más tarde, tuve como profesor a Zhang Baowei, un arquitecto con quien sigo manteniendo una gran amistad. Él me introdujo en muchos aspectos de la cultura china.

Como a cualquier persona que estudia chino, me ha costado mucho. Y como la mayoría de los estudiantes españoles, tuve que dedicar tiempo y esfuerzo para poder alcanzar un buen nivel de chino.

 


P: En el aprendizaje del chino, son vitales las condiciones de aprendizaje: una cosa es aprenderlo en España, estudiando seis horas por semana en la universidad y, otra, aprenderlo viviendo en China, escuchando y hablando chino a todas horas. ¿Cree que las dificultades de unos y de otros son las mismas?

 

Yo creo que el chino es una de esas lenguas que no se aprenden simplemente por estar en el país donde se habla. Conozco a bastantes personas que han vivido muchos años en China y no han aprendido chino. Para aprender chino hay que tener una actitud activa. Hay que dedicar tiempo a memorizar las palabras y los caracteres. Y eso significa muchas horas de estudio personal, repitiendo una y otra vez, memorizando las palabras y la escritura. Creo que no merece la pena ir a China sin tener una buena base.  Yo misma he experimentado con el aprendizaje de lenguas para tratar de conocer mejor los procesos de aprendizaje, y mi conclusión es que los estudiantes españoles dedican muy poco tiempo al estudio de cualquier lengua extranjera. Van a clase y luego muy pocos dedican las horas necesarias para automatizar lo que se ha explicado en clase. Da igual que hablemos del inglés o del chino, hay que dedicar tiempo, repetir y memorizar para automatizar una lengua. Nuestro cerebro fija el conocimiento mediante la repetición.  

 

Hoy en día circulan en nuestra sociedad mensajes contradictorios.  Por una parte, está mal visto utilizar métodos tradicionales de repetición o memorización para el estudio de las lenguas, y por otra, se alaba a los deportistas de élite. ¿Y por qué una persona se convierte en deportista de élite? ¿Qué hace un tenista? Entrenar y repetir una y otra vez un golpe hasta que consigue dominarlo. Con un gran esfuerzo y una enorme dedicación. Repiten y repiten, es decir hacen básicamente lo mismo que hay que hacer cuando se estudia cualquier lengua extranjera. Las nuevas tecnologías son de ayuda para el aprendizaje de la comprensión o de la pronunciación, pero eso no quita que haya que dedicar tiempo al modo tradicional, escribiendo y repitiendo.



 

P: ¿Qué les cuesta más a sus alumnos aprender, en Madrid, sin entorno chino, cuando les enseña el chino? ¿La fonética? ¿La sintaxis? ¿El vocabulario? ¿Todo?

 

Yo creo que la pronunciación es lo que resulta más complicado para los hispanohablantes, porque nuestra lengua tiene una cierta pobreza de sonidos. La escritura, aunque también requiere mucho tiempo, provoca fascinación, y a quienes estudian chino por voluntad propia les puede gustar practicarla. La gramática, espero que con mi libro resulte más fácil. Sobre todo si otros profesores o investigadores se animan a seguir investigando en la misma línea que yo propongo.




P: Que una cosa nos parezca difícil o fácil depende en mayor medida de la vivencia personal, de cómo de difícil o fácil nos parezca a cada uno la cosa en cuestión. Incluso depende de que seamos personas más positivas o negativas ante las dificultades. Teniendo esto en cuenta, ¿diría usted que le pareció fácil o difícil aprender el chino?

 

Me pareció difícil, muy difícil, e incluso en numerosas ocasiones quise dejar de estudiarlo. En aquella época nadie estudiaba chino y yo tuve que estudiarlo sola. Al principio no existían materiales, ni libros, ni audios, ni videos. Todavía guardo el cuaderno en el que mi profesora, Leticia Hsing, iba escribiendo los caracteres que me enseñaba. Finalmente, tuve la oportunidad de viajar a China por primera vez en 1978, y ahora pienso que el esfuerzo ha merecido la pena, pero para mí el aprendizaje fue muy duro.

 

 

 

 

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