EXPOSICIÓN “MAS ALLÁ DEL REALISMO, ARTE FIGURATIVO DE CHINA Y ESPAÑA”

Por Rosa Cervera

Publicado el 21/05/2024

La exposición “Mas allá del Realismo. Arte figurativo de China y España” que, desde el 12 abril y hasta el 26 de mayo de 2024, se exhibe en el Palacio Real de Madrid constituye un ambicioso y magnífico cierre del 50 aniversario de las modernas relaciones diplomáticas entre España y China. Organizada por Patrimonio Nacional y la Asociación de Promoción del Intercambio Asiático entre España y China (APIAEC), presenta la obra de 50 pintores españoles y 50 pintores chinos reconocidos como exponentes del arte figurativo de cada país. La exposición inició su andadura en noviembre en China, primero en el Centro de Arte de Quan Sanshi, en Hangzhou, y seguidamente en el Teatro Nacional de China, en Pekín, y ha contado con la valiosa colaboración de instituciones como la China Academy of Arts, además de las embajadas y diversos ministerios y departamentos de cultura de ambos países. Los comisarios de la muestra, el profesor Cao Yiqiang, uno de los más prestigiosos críticos de arte de China, y Sir Nicholas Penny, exdirector de la National Gallery de Londres, junto con un comité de expertos, seleccionó los artistas participantes aunando tres generaciones, desde los consagrados internacionalmente hasta la generación emergente, en una visión plural que cubre medio siglo de actividad pictórica.

La exposición se centra en el arte figurativo con una mirada amplia que va más allá del realismo, tal y como indica su título y tal como nos explica David Qiu de APIAEC, como director de proyecto de esta magnífica exposición, y que hace hincapié en la importancia y relevancia de esta muestra como una buena representación del trabajo conjunto de ambos países para logar que el arte y el intercambio cultural llegue a todas las personas y puedan generar un dialogo entre las mismas. Recorremos la muestra acompañados de David, que además es arquitecto y antiguo alumno de la Escuela de Arquitectura de la Universidad de Alcalá. La exposición se inicia con la pintura española, comenzando por los grandes maestros. El conocido cuadro Gran Vía, de Antonio López, es lo primero que se encuentra el visitante. Y acompañando a esta icónica y siempre magnética obra aparecen otras grandes de pintores como Isabel Quintanilla, Francisco Hernández López, Julio Hernández López, Amalia Avia, Carmen Laffón, Cristóbal Toral, Eduardo Naranjo entre otros, que representan a la generación que en España rompió con la abstracción dominante pintando escenas cotidianas y temáticas sociales con visión objetiva y detallismo realista. Este grupo inicial, en el que estaban muy igualados los nombres masculinos y los femeninos, y que constituyeron una gran familia, fue seguido por otros pintores algo más jóvenes que continuaron la combinación del virtuosismo técnico con la reinterpretación poética de la realidad. Entre ellos se presenta obra de Clara Gangutia, Dino Vals, Carmen Mansilla, Julio Vaquero i Serraima, Alejandro Quincoces y un largo etc. En sentido cronológico decreciente, las salas dedicadas a la pintura española se cierran con las jóvenes generaciones que inician su actividad artística ya entrado el siglo XXI y donde vemos la continuidad de la fuerza de la pintura figurativa.

Cuando llegamos a las salas de la pintura china, y tal y como nos anuncia David, nos encontramos con una gran sorpresa. Pensar en pintura china es pensar en paisaje y pensar en tintas, en aguadas y en acuarelas, temas y técnicas en los que son verdaderos virtuosos. Y, sin embargo, en cada una de las salas aparece una espectacular pintura figurativa que tiene por protagonista la figura humana y por técnica el óleo. La tradición pictórica china, como intérprete de la actitud cosmocéntrica del pensamiento oriental, cuando ha representado al ser humano lo ha hecho dentro de una escena donde la naturaleza es el eje nodal. La figura humana, reflejando su estrecha relación con ésta, aparece como parte del conjunto y se integra como una pieza más sin destacar en la composición. Por el contrario, la pintura occidental, reflejando el pensamiento antropocéntrico, se ha enfocado en la representación de la figura humana desde la Antigüedad Clásica, apareciendo la naturaleza como marco del ser humano protagonista. De hecho, el paisaje entra tardíamente en la pintura occidental. Habría que esperar a un Gótico tardío o temprano Renacimiento para que pintores como los flamencos superaran la representación simbólica o convencional de la naturaleza y la detallaran con realismo. Y aunque hay valiosas pinturas paisajísticas en la historia del arte europeo durante el Barroco, especialmente en los países del norte de Europa, hay que recordar que solo con el Romanticismo la naturaleza tomó verdadera trascendencia y se desarrolló como un género autónomo cargado de nuevos significados que irían enriqueciéndose precisamente por influencia de la pintura oriental japonesa y china ya durante el impresionismo.

Retornando a nuestro recorrido por la colección de pintura china nos encontramos ante cuadros realizados con gran magisterio en técnica al óleo. Como ha comentado Antonio López: “técnicamente somos iguales”. Este cambio a una técnica que ha sido patrimonio histórico de Europa, y que en China tiene una trayectoria joven de menos de cien años, les ha llevado a inspirarse en los pintores europeos, los grandes maestros del óleo. Y entre ellos, y como destacados, los grandes pintores españoles, bien conocidos en China. El cambio de técnica implica también un cambio en los modelos a mirar y, de ahí, el parecido planteamiento que se observa en muchas de las obras de los pintores chinos. Hay pinturas, como dice el comisario Sir Nicholas Penny, que podrían ser adjudicadas de manera indistinta a uno u otro país. En la mayoría de ellas la figura humana es el eje temático, con composiciones que nos recuerdan ejemplos conocidos del arte occidental. Por ejemplo, el cuadro “An Li”, de Chang Qing, nos remite a la pintura holandesa con unas jóvenes en una estancia iluminadas por la luz que entra por una ventana lateral. O el cuadro “Confundido”, de He Hongzhou, que trabaja el torso desnudo de dos hombres mostrando el frente y la espalda con ecos de Velázquez y Ribera. Varios retratos tienen clara influencia de la pintura rusa por la relación histórica entre ambos países y por cercanía, siendo el lugar donde comenzaban los intercambios artísticos referentes a la pintura al óleo. Temas eternos y comunes, como el de la madre, cuentan con representación de ambos países en un impactante tratamiento realista como es el que hacen Gou Beiping y José Luis Corrella. O naturalezas muertas, como la pintura de Wang Yutian y la de Leticia Feduchi. Los temas sociales que aparecen en diversas pinturas marcan también las singularidades de las tradiciones chinas frente a las occidentales. El paisaje no podía faltar y destacamos al gran maestro Zhong Han que presenta el rio Amarillo en su obra “El libro del rio y la piedra (Baihe Liang)”, de gran delicadeza y belleza. Otros reconocidos nombres chinos, de los que citamos Quan Shangshi, Jin Shangyi, Zhan Jianjun, Tuo Musi, Zang Zhuyin, completan la muestra.

Un magnífico catálogo editado por la Asociación de Promoción de Intercambio Artístico entre España y China (APIAEC) deja registro de esta innovadora colaboración sino-española en el campo del arte.

Esta exposición, que ha logrado aunar a los grandes pintores del arte figurativo de China y de España, con un recorrido que cubre más de medio siglo, es una oportunidad excepcional para el encuentro y cooperación de artistas. Pero, especialmente, es una ocasión única para acercar al público español a la desconocida pintura china, fortaleciendo aún más los lazos en el marco del reciente quincuagésimo aniversario de las relaciones diplomáticas en la era moderna. Animamos a los lectores a su visita, la cual, no solo no les defraudará, sino que constituirá una gratísima sorpresa. Eventos tan especiales como este, son de los que contribuyen verdaderamente a descubrir y matizar la visión de un país con una carga tan rica culturalmente como la de China.