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EL VIAJE DE XI JINPING A EUROPA

Por Gonzalo Ortiz*

Publicado el 16/05/2024





El viaje de Xi Jinping a Europa implica que China quiere jugar un papel más activo en la política mundial, y que queda superada la fase de autoaislamiento a la que se sometió en los años de la pandemia. El Presidente chino había sido confirmado por el último Congreso del Partido por amplia mayoría. Tras los dos períodos iniciales, de 5 años, aborda el tercer quinquenio con la tranquilidad de que no hay competidores en el horizonte. Está al mando de un país de más de 1.300 millones de personas con resultados económicos espectaculares en los últimos 40 años y un elevado grado de estabilidad política.

 

El viaje ha tenido tres etapas: en primer lugar Francia, a continuación Serbia, y finalmente Hungría, y se ha desarrollado sin sobresaltos entre los días 6 a 10 de mayo de 2024.

El viaje manifiesta:

1.       la voluntad china de subrayar su papel de nueva gran potencia internacional.

2.       expresar preferencias en sus relaciones con países europeos (singularmente, con países de Europa Central y del Este).

 

Francia es miembro del Consejo de Seguridad. El primer ministro chino Li Qiang asistió al foro organizado por Macron en 2023 sobre el “Nuevo Pacto Financiero Global”. A China le agrada que Francia juegue en la Unión Europea y en la OTAN con cierta distancia de los dictados de Washington. Gideon Rachman atribuye a Macron la frase “la Unión Europea nunca debe ser un vasallo de los Estados Unidos”. París va a ser este verano la sede de los Juegos Olímpicos. Y se celebra además el 60 aniversario de las relaciones diplomáticas entre los dos países.

 

Con Serbia había, no que celebrar pero sí recordar, el 25 aniversario del bombardeo de la OTAN a la embajada china en Belgrado. Serbia es parte de la Franja y de la Ruta. Acaba  de firmar con China un acuerdo sobre libre comercio y una “asociación estratégica”. Es el mayor socio de Pekín en Europa Central y se esperan inversiones chinas de más de 2.000 millones de dólares en centrales eólicas y solares.

 

Con Hungría, la última parte de su viaje, China conmemoraba el 75 aniversario de sus relaciones diplomáticas. El primer ministro húngaro Orban y Xi Jinping tienen en común relaciones cordiales con Putin. Hungría es, además, partícipe de proyectos de la Franja y de la Ruta, como el tren de alta velocidad Budapest-Belgrado, y la inversión china en Hungría ha superado los 13.000 millones de dólares.

 

A la reunión en París fue invitada la presidenta de la Comisión, Úrsula von der Leyen, por expreso deseo del presidente Macron, pero es obvio que China prefiere tratar a los países europeos de foma bilateral para expresar de esa forma proximidad o preferencias. Lo cierto es que, como dice Xulio Ríos “China no disputa la hegemonía con la Unión Europea”, como es el caso con los Estados Unidos.

 

Para la Unión Europea la República Popular China es un “socio comercial, competidor y rival sistémico” y en ese sentido están planteadas las resistencias de la Comisión con respecto a los coches eléctricos, y en general, solicitando el “level playing field”, es decir, que las condiciones para las empresas europeas en China deben ser idénticas a las que se aplican a las empresas chinas. Europa ve con suspicacia las exportaciones chinas a Rusia que sean susceptibles de doble uso y por tanto utilizables por la maquinaria de guerra rusa. También despierta recelos el despliegue económico y militar chino, tanto en la iniciativa de la Franja y de la Ruta como en el Mar del Sur de China y en las ”perlas  logísticas” chinas a lo largo y ancho del Índico y del Pacífico”.

 

El mensaje principal del viaje de Xi es que la Unión Europea será tratada como potencia geopolítica si se porta como tal ,y es independiente de los Estados Unidos. Es indudable la proximidad política de Xi y Putin (visita del presidente chino a Rusia en marzo de 2023,  que fue su primer viaje al exterior tras su histórica confirmación en un tercer mandato). Pero según el propio Xi “ni China ha creado la crisis de Ucrania, ni es parte de ella”, al tiempo que condena enérgicamente que se esté formando“ una nueva guerra fría”.

 

Con su delegación de más de 400 personas, el presidente Xi ha mostrado que China es una gran potencia y que quiere relanzar sus relaciones con Europa, y en particular, con algunos países seleccionados. Se trata, además, de evitar lo que Mearsheimer ha calificado de “the tragedy of power politics”, una potencia emergente y otra menguante que, obsesionadas por la competencia y sus supuestas necesidades de seguridad acaban produciendo conflictos devastadores.

 

España no es miembro de la Franja y de la Ruta, por lo que no ha sido en este caso objeto de interés prioritario por parte del Presidente chino, que por otra parte ha visitado nuestro país en varias ocasiones. Las relaciones entre China y España cumplieron este año pasado 50 años y ha navegado razonablemente en términos de buena amistad y fuerte emigracion china hacia España y un comercio creciente muy desequilibrado a favor del imperio del Centro.


*Nota: Las ideas contenidas en las publicaciones de Cátedra China o de terceros son responsabilidad de sus autores, sin que reflejen necesariamente el pensamiento de esta Asociación.

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