El "Rey del cine chino" fue granadino
Por Mrta de la Torre Hernández*
Publicado el 17/11/2023
"El mundo es un pañuelo" es una frase cada vez menos sorprendente en el contexto de globalización actual. Es más factible tener un conocido viviendo en China que la tostada caiga sobre el lado sin untar. Sin embargo, años atrás, todavía quedaba espacio para el asombro ante este tipo de situaciones en las que las conexiones entre mundos lejanos resultaban fascinantes. Se podrían calificar con este adjetivo multitud de historias protagonizadas por personajes muy importantes en las relaciones entre España y China desde que los misioneros llegaron al gran país del centro. Estos pensamientos rondaban mi mente mientras esperaba el comienzo de un musical sentada en una butaca del Teatro Rialto en Gran Vía, 54, cuando cuando me di cuenta de que, entre tantas historias que contar, una ya me había elegido a mí. Este teatro fue diseñado por los arquitectos José Aragón y José María Mendoza Ussía y fundado en 1930 como los Cines Rialto por Antonio Ramos Espejo, el protagonista de esta historia.
Antonio, granadino de familia acomodada, se abrió paso en Asia como soldado en Filipinas. No obstante, la luz que los hermanos Lumière trajeron al mundo cinematográfico causó sumo interés en él llegando a adentrarse en este ámbito como empresario, primero en Filipinas y luego en la ciudad china y de diversas concesiones de Shanghái. Allí comenzó a proyectar películas en teterías y otros lugares frecuentados por los locales hasta que en 1907 abrió el que es considerado como el primer cine de la ciudad y de todo el país —Colon Cinematograph— (posteriormente llamado Hongkew Cinema) como así acredita la placa instalada por el Gobierno Chino. El éxito del primer cine dio paso a la apertura de otros cuantos más en Shanghái y otras ciudades de China y a la creación de su compañía Ramos Amusement Company con la que incluso llegó a producir películas.
Hongkew Cinema (Hongkou), 1932. Fuente: National Archives and Record Administration (NARA) [USA]
Si bien ya había proyecciones cinematográficas en Shanghái a finales del S. XIX, éstas se daban en diversos locales cuyos fines no eran estrictamente cinematográficos. En aquellos tiempos, la ciudad de Shanghái era una ciudad prolífica que contaba con una vida del ocio muy desarrollada con opciones de entretenimiento tanto para locales como para extranjeros. Sin embargo, Antonio Ramos Espejo, con la creación del primer espacio donde exclusivamente se desarrollaban este tipo de proyecciones, industrializa este ámbito, potencia la publicidad de las películas y hace asequible el acceso a la población. Su visión empresarial fue excepcional ya que puso el foco en la atracción de los locales hacia sus cines, los cuales distribuía en muy diversos barrios de la ciudad con distintos niveles sociales.
La vida está hecha de decisiones puntuales que crean paréntesis donde suceden las consecuencias. Estas decisiones marcan la vida de una persona, una ciudad o de todo un país. La astucia y determinación de Antonio al promover la industria cinematográfica en Shanghái a principios del S.XX, junto con la ola creativa que esto supuso, pudieron crear un contexto propicio para el esplendor de la primera edad de oro del cine chino a partir de 1930. Se cree que los tiempos convulsos sociales y económicos que empezaron a vivirse en esos años, hicieron regresar a Antonio de vuelta a España desvinculándose de la industria creada en China alquilando sus pantallas a la Mingxing Film Company e iniciando su proyecto en la Gran Vía madrileña.
Estas son tan solo unas pinceladas del paso de Antonio Ramos Espejo por China. Merece la pena indagar más en su vida que, además, se entrecruza con la de otros españoles con historias también asombrosas. Conexiones como estas entre mundos tan lejanos, en tiempos donde el nivel de interconexión era menor, nos recuerdan la relevancia de las relaciones entre personas y territorios para el desarrollo humano en un amplio espectro. Además, se nos presenta como un punto de referencia a la hora de hacer negocios en China ya que, si bien las dinámicas han cambiado, hay aspectos que siguen vigentes: el conocimiento y entendimiento del contexto, el interés genuino por los aspectos socioculturales del territorio y la ideación de negocios que den respuesta a problemáticas o necesidades locales. Todo esto bien lo sabía Antonio.
Referencias:Martínez-Robles, David. “Itinerario: Antonio Ramos Espejo”, Archivo China-España, 1800-1950, [9/11/2023], http://ace.uoc.edu/exhibits/show/galeria-de-personajes/antonio-ramosToro Escudero, Juan Ignacio. 2013. «Antonio Ramos Espejo y el primer cine de China». Cuaderno de documentación multimedia, 24: 143–152. Recuperado de https://revistas.ucm.es/index.php/CDMU/article/view/46366/43564
*Nota: Las ideas contenidas en las publicaciones de Cátedra China o de terceros son responsabilidad de sus autores, sin que reflejen necesariamente el pensamiento de esta Asociación.
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