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El impacto que tienen las empresas extranjeras al llegar a trabajar en la fábrica del mundo

Actualizado: 13 feb 2023

Por Carolina Fabara*


Publicado el 30/01/2023



La Inversión Extranjera Directa (IED) ha sido una de las claves del impresionante crecimiento económico chino. La República Popular China es el primer destino mundial para esto, por lo que este país ha ingresado en el selecto club de superpotencias mundiales, llegando a rivalizar a los Estados Unidos en diferentes aspectos. Se puede decir que China ha experimentado un extraordinario desarrollo económico, por lo que se ha convertido en un mercado interesante para los inversores internacionales. No obstante, sus particularidades políticas y culturales y los constantes cambios de su sistema jurídico también lo convierten en un país que presenta grandes desafíos para hacer negocios. Las compañías extranjeras se enfrentan a un conjunto de circunstancias desconocidas como son las restricciones legales.

China sigue teniendo un entorno de inversión relativamente restrictivo para los inversores extranjeros debido a las restricciones en sectores económicos clave. Algunos de los obstáculos a la inversión incluyen límites a la propiedad intelectual de las empresas y requisitos para formar asociaciones de empresas conjuntas con empresas chinas locales, debido a sus políticas industriales como “Made in China 2025”. A pesar de ello, China sigue siendo uno de los mayores receptores mundiales de IED debido a una tasa de crecimiento económico relativamente alta.

Debido a esto se promueven políticas de IED favorables para las empresas extranjeras que prometen la expansión del acceso al mercado y un "trato nacional" no discriminatorio para las empresas a través de mejoras generales del entorno empresarial. Por lo que en China para atraer la inversión extranjera, diferentes provincias y municipios ofrecen paquetes preferenciales como una reducción temporal de los impuestos, beneficios en el uso de los recursos y el suelo, reducción de los derechos de importación o exportación, trato especial en la obtención de servicios básicos de infraestructura, agilización de las aprobaciones gubernamentales, subvenciones a la investigación y el desarrollo, y financiación para las puestas en marcha iniciales. El problema surge cuando estos paquetes que estipulan los inversores extranjeros decidan ir a China deben cumplir determinados criterios de referencia en materia de exportaciones, contenido local, transferencia de tecnología y otros requisitos. Por lo que la pregunta es, si tantas oportunidades ofrecen la economía china, ¿por qué la presencia de las empresas extranjeras todavía sigue siendo escasa? Las razones pueden ser de distinta índole como son temas geográficos, culturales, lenguaje, económicos y barreras legales.

Existen limitaciones reguladas a la entrada de capital extranjero en ciertos sectores, como por ejemplo el bancario o tecnológico, etc. La protección de los derechos de propiedad intelectual sigue siendo baja mientras que, en el ámbito laboral, la falta de personal cualificado está incrementando los costes de producción en algunos sectores de la economía. Además, China utiliza las restricciones a la propiedad extranjera para forzar o inducir la transferencia de tecnología y propiedad intelectual, a menudo como condición para acceder al mercado chino. Por lo que las organizaciones que desean aprovechar estas oportunidades deben superar a veces elevadas barreras legales y reglamentarias.

China exige a las empresas extranjeras que formen empresas conjuntas o asociaciones con participaciones minoritarias a cambio de acceder al mercado chino en determinados sectores. Estos requisitos prohíben a los inversores extranjeros operar en determinadas industrias a menos que se asocien con una empresa china y, en algunos casos, a menos que el socio chino sea el accionista mayoritario. Además, las empresas extranjeras que desean invertir en China deben obtener una serie de autorizaciones administrativas; entre ellas, autorizaciones de inversión, autorizaciones de proyectos, autorizaciones locales para condiciones relacionadas con el emplazamiento y autorizaciones de seguridad nacional, entre otras.

De este modo, el extenso, opaco y discriminatorio proceso de aprobación de China funciona como una importante barrera no arancelaria a la entrada y una herramienta coercitiva para forzar la transferencia de tecnologías y propiedad intelectual. China impone requisitos de autorización a más de 100 actividades empresariales diferentes, como la producción de alimentos y medicamentos, la minería y los servicios de telecomunicaciones. El problema es que durante un proceso de concesión de licencias a menudo vago, ambiguo y discrecional. China puede extraer valiosa propiedad intelectual, adquirir información privilegiada sobre los canales de comercialización y presionar para obtener condiciones comerciales más favorables, por debajo del mercado, para los socios locales.

La política china denominada "Made in China 2025"[1] da prioridad a las siguientes industrias: tecnología de la información de nueva generación, maquinaria de control numérico avanzado y robótica, equipos aeroespaciales, equipos y buques de ingeniería marítima, ferrocarriles avanzados, vehículos de nueva energía, equipos energéticos, equipos agrícolas, nuevos materiales y equipos biofarmacéuticos y médicos. Por consiguiente, la inversión extranjera desempeña un papel importante a la hora de ayudar a China a ascender en la cadena de valor de la fabricación. Sin embargo, la inversión extranjera sigue cerrada a demasiados sectores económicos a los que China parece sensible debido a preocupaciones de seguridad nacional o económica ampliamente definidas.

Como parte del acuerdo de adhesión de China a la OMC (Organización Mundial del Comercio)[2], el gobierno chino prometió revisar sus leyes de inversión extranjera para eliminar las secciones que imponían a los inversores extranjeros requisitos de resultados de exportación, contenido local, equilibrio de divisas a través del comercio, transferencia de tecnología e investigación y desarrollo como requisito previo para entrar en el mercado chino . El problema es que algunas empresas informan de que los funcionarios y reguladores locales a veces sólo aceptan inversiones con requisitos "voluntarios" de rendimiento o transferencia de tecnología que ayuden a desarrollar determinadas industrias nacionales y apoyen el mercado de trabajo local.

Las consideraciones relativas a la propiedad intelectual en cualquier acuerdo concreto de transferencia de tecnología dependerán de la vía elegida para comercializar una nueva oportunidad. Esto, a su vez, dependerá, entre otras cosas, de la tecnología, su nivel de preparación para el mercado, su facilidad de adopción, el alcance de la protección de la propiedad intelectual, las aspiraciones del inventor o desarrollador y la misión de la organización. En resumen, con el creciente número de proyectos de transferencia de tecnología extranjera que se llevan a cabo en China, las entidades extranjeras deben ser conscientes de esos requisitos cruciales en virtud de las leyes y reglamentos chinos, y mantenerse al día con el desarrollo normativo, para adoptar medidas que protejan sus derechos e intereses legítimos, así como para facilitar el proceso de transferencia de tecnología cuando traten con las partes receptoras.

El establecimiento de Zonas de Libre Comercio piloto (ZLC) representó un paso clave para adoptar una estrategia de apertura más proactiva en China.

Es importante resaltar que en general, las empresas extranjeras han tendido a centrar su atención en las regiones costeras de mayores ingresos y con gran representación de clase media, especialmente los principales centros urbanos que recorren la costa del país: Guangzhou (Cantón), Shanghai, Shenzhen y Beijing.

Sin lugar a dudas, la protección es una de las mayores preocupaciones de las empresas extranjeras en China. Debido a que las empresas temen que les roben o copien su propiedad intelectual. La nueva ley de inversión extranjera china busca generar una mayor protección para las empresas extranjeras. Por consiguiente, impulsar la confianza de los inversores es un componente importante para mantener el crecimiento económico chino.



Referencias:


Catedra de Nebrija-Grupo Santander en Direcciòn Internacional de Empresas, “China una necesidad para una empresa global”, Nebrija Universidad, https://www.nebrija.com/catedras/nebrija-santander-internacionalizacion-empresas/pdf/china-una-necesidad-para-una-empresa-global.pdf.


China y la OMC, “Organización Mundial De Comercio”, https://www.wto.org/spanish/thewto_s/countries_s/china_s.htm.




*Nota: Las ideas contenidas en las publicaciones de Cátedra China o de terceros son responsabilidad de sus autores, sin que reflejen necesariamente el pensamiento de esta Asociación.

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