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El Estrecho de Malaca, puerta de paso hacia Taiwán

Por Christian Careaga*


Publicado el 10/3/2023


Mirando al globo terráqueo en la recepción de un hotel en Kuala Lumpur, el Estrecho de Malaca aparece como una de las principales puertas de acceso al Mar Meridional de China.

Estrecho de Malaca.

A través de esta ruta marítima que conecta el Océano Índico con los mares de Java y de la China Meridional, el Imperio del Centro, Japón y Corea reciben, además de petróleo de Arabia Saudita, recibe ingentes mercancías de todo tipo, como productos agrícolas del noreste africano, componentes industriales y electrónicos de Europa, así como diversos minerales y fibras textiles de India. A su vez las exportaciones del Extremo Oriente pasan hacia occidente, llevando manufacturas chinas, tales como componentes industriales y de la telecomunicación, café indonesio y todo tipo de mercancías a un ritmo de unos 50.000 buques por año.



Millones de toneladas son transportadas a granel o en contenedores por inmensos navíos a través del estrecho situado fundamentalmente entre Malasia y la isla indonesia de Sumatra. Por tanto, su interés geoestratégico es de primer orden, sobre todo, teniendo en cuenta que, en el otro fondo del Mar Meridional de la China, se encuentra la isla de Taiwán, llamada respectivamente -en tiempos de los imperios portugués y español- Isla de Formosa y e Isla Hermosa.

Bien es sabido que dicha isla, colonia española durante 16 años del siglo XVII, es hoy en día uno de los lugares más calientes de la disputa hegemónica entre el Gran Dragón y los EE.UU.

No está en el ánimo de este artículo debatir la posición del Gobierno de la República Popular China respecto a su legítima reclamación histórica sobre la isla, ni salir en defensa del pueblo taiwanés en sus deseos de ser una nación independiente. Menos aún pretende darle la razón a los EE.UU., cuyo principal interés es mantener su preponderancia política, militar y económica, frente a la cercana costa de la provincia de Fujian, situada en torno a unos escasos 180 km de distancia.

Estas breves líneas van encaminadas a entender la estrecha relación geopolítica que existe entre las aguas del Estrecho de Malaca y las del Mar Meridional de la China, cuyo nombre proviene de una pequeña ciudad colonial -primero inglesa y después holandesa- situada entre Kuala Lumpur, la capital de Malasia y Singapur, ciudad-estado diseñada por el imperio británico para facilitar su ruta marítima y comercial hacia Hong-Kong, bastión de entrada de los ingleses a la China continental hasta 1997 en que el territorio fue devuelto por el Reino Unido a la República Popular China.


Las Torres Petronas de noche


Por otra parte, el Estrecho de Malaca conecta dos civilizaciones como son la india y la china, cada una con en torno a 1.400 millones de personas. Digamos que, en cierta forma, la historia, demografía y cultura del estrecho está marcada por la presencia de chinos e indios, si bien hay un componente musulmán proveniente de Indonesia, cuarto país del mundo por población, estimada en 275 millones de habitantes. aproximadamente un tercio de la población mundial. Estas tres naciones representan aproximadamente un 38% de la población mundial. Muchos de los moradores asentados en el Estrecho de Malaca mantienen su cultura y tradición musulmanes, siendo el islam su religión, fundamentalmente de la rama suní.


Mezquita de Istana Iskandariah en Perak

El paso de los occidentales por aquella región ha dejado su huella, claramente visible en los templos cristianos levantados por portugueses, los edificios administrativos de ingleses y holandeses y en la construcción de las infraestructuras marítimas y terrestres aún en uso. Añadamos la presencia japonesa en fábricas y en el sector del automóvil y como no, la norteamericana, con ingentes inversiones en alta tecnología en ciudades como Penang.

La Federación de Malasia cuenta con 33 millones de habitantes. Es una monarquía federal parlamentaria electiva, estando su territorio partido en dos: uno peninsular y otro ocupando una parte de la isla de Borneo. Alcanzó su independencia en 1957, convirtiéndose con el tiempo en un país NIC (nación recientemente industrializada). La mitad de la población es malaya, una cuarta parte son de origen chino y se estima que un 7% proceden del sur de la India.

Por último, cabe mencionar una menor presencia de sus vecinos tailandeses y de diversos aborígenes asentados en la isla de Borneo, que dan un toque final de color a la diversidad social malaya.

Esta amalgama de corrientes culturales, tradiciones, pensamientos religiosos conforman el espíritu del pueblo malayo, en donde el inglés es la lengua común y no es raro que sus habitantes hablen al menos en tres lenguas entre sí.


Cuevas hindúes de Batu, dedicadas a la deidad Murugan
situadas en las afueras de Kuala Lumpur


La República de Indonesia es un archipiélago de 17.000 islas, ricas en recursos naturales como el petróleo, níquel y el carbón. Fue colonia holandesa y está habitada por una gran variedad de etnias. El país pertenece a la OPEP, siendo candidato a formar parte de los BRICS. Es posible que, para el centenario de su independencia en 2045, sea la cuarta potencia del mundo, por detrás de China, EE.UU. e India.

Ambas naciones tienen un clima ecuatorial, con frecuentes lluvias y periodos monzónicos, disponiendo de una enorme cantidad de bosques tropicales y de una fabulosa biodiversidad.

Desde su independencia, tanto Malasia (1957) como Indonesia (1945) se han ido integrando en alianzas asiáticas -pacíficas y encaminadas a promover el desarrollo económico- como el APEC y el ASEAN, así como a la Organización para la Cooperación Islámica, en donde cooperan 56 estados, en áreas tales como la cultura, la ciencia y en temas sociales y económicos. Sin embargo, en caso de una escalada o conflicto bélico entre la República Popular China y los EE.UU. ambos países se verán sometidos a enormes presiones para subordinarse a los intereses de los contendientes.

En este contexto, el viajero que atraviesa las cálidas y tranquilas aguas del Estrecho de Malaca se pregunta si las tensiones existentes entre los países vecinos del Mar Meridional se trasladarán con el paso del tiempo al este de la península malaya y a Sumatra. No teniendo ya suficientes problemas de definición de aguas territoriales, de dominio sobre diversas islas, el Mar Meridional está sometido además a las tensiones provenientes de la defensa yankee de la República China de Taiwán, lo que pone en jaque el tránsito de las mercancías y del oro negro hacia la República Popular de China a través del Estrecho de Malaca, situado a escasos kilómetros de Singapur, como puerta y puerto principal de entrada al sur del Mar Meridional.

Tiene el Mar Meridional de China dos puertas principales para el comercio marítimo internacional: una en Malaca y la otra en Taiwán. Al sur, un paso angosto poblado por personas no asociadas directamente al conflicto hegemónico. Al norte, una ruta más fácil de bordear… si no se tratara justamente de lo contrario: intervenir sobre el territorio habitado por los taiwaneses.

Para China es de gran relevancia asegurarse el paso de los hidrocarburos provenientes del Medio Oriente por los estrechos de Malaca y de Formosa, pues representan nada menos que un 80% de su abastecimiento. Si consideramos además el petróleo proveniente de África y del Golfo Pérsico, que pasa por el estrecho hacia los mercados de Asia, este porcentaje asciende al 90%.

En años recientes, se han ido reforzando las tropas y bases o instalaciones militares de China y de los Estados Unidos en el sudeste asiático, a lo que hay que agregar la reciente escalada de armamentística, desde submarinos a portaviones y sobre todo al reforzamiento de misiles hipersónicos.

En principio, los habitantes del estrecho, desearán mantener su paz y libertad, pero es muy probable que tanto Malasia como Indonesia se vean abocados a elegir a uno de los dos bandos para defender sus propios intereses.

Por un lado, la República Popular China es un gran socio comercial de los ocho países que componen la Península de Indochina, por otro, estos mismos países sienten un cierto temor al Imperio del Centro y han establecido alianzas diplomáticas y militares con los EE.UU.

Las relaciones sino-americanas se encuentran en el punto más bajo de las últimas décadas. Los estadounidenses parecen dispuestos a apretar el acelerador y a hacerse más agresivos, sean las consecuencias de sus decisiones las que sean, mientras los chinos ya han advertido al gobierno de los EE.UU. que el conflicto de Taiwán tiene unas líneas rojas, que no deben de ser traspasadas. Probablemente, esas líneas rojas sea el trasladar armamento sofisticado norteamericano a la isla de Taiwán.

El lenguaje empleado por ambas naciones es cada vez más bronco. Las perspectivas de un conflicto armado inminente, en una de las regiones más pobladas de la tierra, no son nada halagüeñas. El enfrentamiento armado podría involucrar -aparte de las naciones ya mencionadas- como mínimo a una docena de países en el conflicto, entre ellas a Vietnam, Filipinas o Brunei.

Algún militar ya ha señalado al año 2025 como el del inicio de un enfrentamiento político y militar en Taiwán, el cual indudablemente tendría repercusiones globales muy negativas, dada la fuerte interdependencia existente entre las naciones del mundo a comienzos del siglo XXI.



*Nota: Las ideas contenidas en las publicaciones de Cátedra China o de terceros son responsabilidad de sus autores, sin que reflejen necesariamente el pensamiento de esta Asociación.

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