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DE ZARAGOZA A CHINA PEDALEANDO EN BICICLETA: "ESTÁ SIENDO LA MAYOR AVENTURA DE MI VIDA"

Por Daniel Cabodevilla*

Artículo publicado el 19/08/2024 en el diario El Heraldo


La zaragozana Sara Qiu afronta la recta final de un viaje que arrancó en abril de 2022 y en el que la Virgen del Pilar tiene un papel protagonista.


Sara Qiu posa junto a su bicicleta con las montañas nevadas de Kirguistán de fondo.

El 4 de abril de 2022, hace ahora casi dos años y medio, la zaragozana Sara Qiu Ruan dio un golpe de timón a su vida, dejando su monótono trabajo en Madrid para coger su bicicleta y dos alforjas y emprender un viaje sin destino fijo ni tiempo determinado hacia el este asiático. Durante todo este tiempo ha recorrido decenas de países, acumulando vivencias únicas y pedaleando por paisajes de ensueño en la que, para esta joven maña de padres chinos, está siendo la mayor aventura de su vida.

“Siempre he sido muy ahorradora y en diciembre de 2021, cuando logré tener un pequeño colchón económico, dejé mi trabajo en Madrid con la idea de preparar esta locura de viaje”, explica Sara, que a través de sus cuentas de Twitter, YouTube e Instagram ‘journeyfromtheroad’ va relatando el día a día de esta peculiar aventura.

Los primeros meses del viaje transcurrieron por Europa: “España, Francia, Italia, Grecia, Eslovaquia, Turquía… Ahí me cercioré de que estaba haciendo lo correcto. En invierno el frío era muy intenso y era muy duro pedalear en cualquier sitio, así que decidí dejar la bicicleta aparcada durante 3 meses y volver a casa. Mi abuela materna falleció en China por esas fechas y volé hasta allí para estar junto a mi madre y el resto de la familia. En ese momento decidí que mi viaje en bicicleta tenía que acabar allí, en Qingtian, en la provincia de Zhejiang”.



En abril de 2023 reanudó la marcha desde Turquía y continuó pedaleando por países como Georgia, Kazajistán, Uzbekistán y Kirguistán, donde asegura que se encuentran los paisajes “más increíbles” que nunca ha visto. Con la llegada del invierno volvió a realizar un breve parón en España y, a mediados del mes de marzo, comenzó a pedalear por China, donde ya ha recorrido más de la mitad del gigante asiático. Hace solo un par de días aterrizó en España en el que será su último parón antes de completar su viaje para el que ya ha establecido una fecha límite: el año nuevo chino de 2025, que se celebrará el próximo 29 de enero.

Durante todo este tiempo, Sara ha conocido a cientos de personas que no han dudado en abrirle las puertas de sus casas para comer, dormir o tomarse un respiro en el camino. “Me gusta pensar que al viajar sola por el mundo estoy rompiendo muchos prejuicios. Hay personas buenas en todos los sitios que me han ayudado de manera desinteresada. Al poder documentarlo, tengo la oportunidad de darlo a conocer al resto del mundo a través de mis vídeos”, relata.


Para ella, esa es “la parte más bonita del camino”. “El viaje no tendría sentido sin toda la gente que he conocido en él. Yo nunca pedaleo hasta agotarme, siempre me guardo energías para poder socializar con la gente que me brinda su hospitalidad, ya que son una parte fundamental del viaje. Ha habido veces que me he quedado varias noches en alguna ciudad porque lo realmente bonito es conocer a las personas. ¿Para qué voy a correr?”, explica.


El increíble viaje de Sara Qiu desde Zaragoza hasta China en bicicleta.

A su vez, también es la parte más complicada: “Es muy duro conocer a personas agradables y con las que logras conectar y al día siguiente tener que partir sabiendo que no las vas a volver a ver nunca. Con algunas nos intercambiamos los números e incluso siguen mi viaje a través de las redes sociales. Me gusta pensar que las probabilidades que teníamos de habernos conocido en algún momento de nuestras vidas eran menores a un 0,0001 por ciento y que, gracias al viaje, hemos podido hacerlo. Ese es mi consuelo”.



Un centenar de medidas de la Virgen del Pilar 


Desde el principio de su viaje, Sara quiso tener un pequeño detalle con algunas de esas familias que le brindaban su ayuda. La falta de espacio en la bicicleta, la necesidad de viajar con muy poco equipaje y su deseo de que fuese “algo realmente significativo”, le llevó a optar por las medidas de la Virgen del Pilar. “Quería llevar algo típico de Zaragoza que ni pesase mucho ni ocupase demasiado para poder agradecerle a la gente su hospitalidad y esa me pareció una buena idea”, explica.


“Cada vez que vengo a Zaragoza a hacer una pequeña pausa suelo aprovechar para llevarme una treintena de ellas. Se las suelo dar a las personas que más me marcan durante el camino y creo que es una forma muy especial y bonita de que se acuerden de mí. He perdido la cuenta de cuántas he podido entregar durante estos meses, pero cerca de un centenar, seguro”, asegura Sara.



Algunos problemas durante su estancia en China


Durante los últimos meses, Sara ha recorrido una gran parte de China, desde las altas regiones tibetanas, donde ha pedaleado durante varias semanas a más de 3.000 metros de altitud, hasta la provincia de Xinjiang, donde no tuvo el recibimiento esperado.

“Así como en toda la zona de Asia Central la gente me acogió muy bien y me invitaban rápidamente a sus casas, Xinjiang es una zona en la que sus habitantes son muy sensibles a los extranjeros y no los quieren por allí. Notaba en todo momento que la gente me miraba raro y la policía me dio la bienvenida con un interrogatorio de más de una hora y media sobre cuál era el propósito de mi visita", explica Sara.

Aunque no ha tenido muchos problemas con la conexión a internet, al visitar alguna zona más remota sí que ha llegado a estar dos o tres días sin cobertura: "Por regla general había wifi en casi todos los hostales y bares en los que estaba, pero sí que alguna vez he estado varias horas sin poder conectarme. Era un problema sobre todo a la hora de dotar de contenido a las redes sociales", explica.


El increíble viaje de Sara Qiu desde Zaragoza hasta China en bicicleta.

La zaragozana gasta, de media, unos 300 euros al mes en el continente asiático, una cantidad ligeramente inferior a la que gastaba al inicio del viaje por Europa, donde rondaba los 500 euros mensuales, y la comunicación con la gente no ha sido un problema: "Yo hablo chino, no lo hablo perfecto, pero lo entiendo bien y sé defenderme como para entablar una conversación".



-Este artículo ha sido publicado en el diario El Heraldo. Puedes consultar el artículo original aquí.



*Nota: Las ideas contenidas en las publicaciones de Cátedra China o de terceros son responsabilidad de sus autores, sin que reflejen necesariamente el pensamiento de esta Asociación.

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