DALANOTA, LA CULTURA Y EL CAMBIO SOCIAL

Por Antonio Segura

Publicado el 11/06/2024

Si Xi Jinping conociera el proyecto Dalanota, llegaría a la conclusión de que el mismo, es un ejemplo definidor de lo que es, o debe ser, la idea de “un futuro compartido para la humanidad”.

El pasado  25 de mayo de 2024, invitaron a la Fundación Cátedra China a uno de los conciertos que la filarmónica del proyecto, que componen estos niños y adolescentes, daba en el Centro Cultural del Matadero, en Madrid. En el mismo estuvo presente el Ministro de Justicia, a título personal con su familia, seguramente, comprendiendo y llegando a la misma conclusión; este proyecto, es un ejemplo claro de integración y colaboración multicultural, multigénero, multiclasista, hay que apoyarlo, y disfrutarlo, por que colectivos de este tipo, serán los equipos que dirigirán el progreso  social, y los lideratos comunes del futuro.

DaLaNota es un programa de educación musicosocial gratuito e inclusivo dirigido a la infancia y la adolescencia, que tiene como misión formar personas preparadas para participar en sociedad de manera activa que construyan una comunidad equilibrada e inclusiva, a través de la música, como elemento clave de intervención y transformación social y cultural. 

Desde 2015 más de 300 niñas, niños y jóvenes de entre 7 y 20 años han pasado por nuestro programa, aprendiendo música orquestal, coro y expresión corporal de manera intensiva, siguiendo una metodología única y propia para generar agentes de cambio y creadores de cultura de su comunidad.

Así es como se definen en su web, https://dalanota.com/que-hacemos-en-dalanota/

Pero es mucho más que una orquesta o un coro, o una escuela de artistas, además es inclusiva y gratuíta. Es decir, los niños y adolescentes, no pagan ni un euro por su formación. Y este dato es muy importante, en un barrio como Lavapiés, barrio de inmigrantes, donde las familias son humildes, y las que trabajan dedican gran parte de su tiempo a obtener el sustento básico para sus familias. El que un menor pueda acceder a aprender el uso de un violín, viola, violonchelo, contrabajo, etc, sería algo imposible sin la presencia de este proyecto, y el esfuerzo comprometido de sus organizadores. Los instrumentos, también son prestados al alumnado, que los van tocando, cuidando, y heredando de un curso a otro, socializándolos y dejando un cachito de esfuerzo, y amor en cada uno de los mismos.

En el proyecto hay alumnado que procede de situaciones complicadas de exclusión social, pero su integración con otras niñas y adolescentes que no, ayuda sin duda a crear espacios de inclusión. La procedencia de las familias del alumnado, como se puede imaginar, es de diferentes nacionalidades y culturas que conviven en el barrio y en nuestra ciudad. Respecto a la comunidad China, descendientes de la misma hay aproximadamente un 5% de la orquesta. Trombón de bara, percusión, violín y viola, son alguno de los instrumentos donde participan niñas de origen familiar de china. Hay también pakistanies, americanas, europeas del norte,  norteafricanas. Culturas, religiones y procedencias que conforman una orquesta madrileña que nos enseña que la humanidad debe tener un futuro armónico y compartido, y que el mismo pese a los teóricos del odio, es no solo deseable, si no efectivamente posible y puesto en práctica.

Más arriba os he indicado la web de el proyecto, os invito a entrar con serenidad  e interés, son de esos proyectos, que parecen simples y suelen pasar desapercibidos, pero que una vez analizados y comprendidos, nos dan el verdadero poder transformador de los mismos. Crear y mantener un DALANOTA en sí mismo ya es un hecho transformador, apoyarlo con nuestra presencia en sus actuaciones, buscando cauces de colaboración con el proyecto, financiarlo parece una obligación. Transmitir su existencia y apoyar el desarrollo del proyecto “que se abran 100 Dalanota” una apuesta por esa transformación social, por ese futuro compartido para la humanidad.

El próximo concierto lo tienen el día  29 de junio. en el Real Teatro del Retiro. La experiencia merece la pena, el apoyo también.