¿CÓMO CONSEGUIR QUE ANDALUCÍA SE EQUIPARE A MADRID EN PROPUESTAS SINO ESPAÑOLAS?

Por José María Espín

Publicado el 20/03/2024

¿Cómo conseguir que Andalucía se equipare a Madrid en propuestas sino-españolas?. ¿Cómo hacer que en el sur de España, la calidad de las propuestas en el contexto chino español sean del mismo nivel que en la capital?.

Estos pensamientos me abordan y me dan vueltas en la cabeza. La idea de mejorar en la perspectiva y visión que se tiene por estas tierras de la comunidad china, así como de cualquier iniciativa de intercambio, formación, ponencias o cualquier otro tipo de acto, es algo que ocupa mis análisis, aquéllos que hago en el ejercicio de mi aportación a la causa.

Si exponemos la situación y la estructuramos por líneas argumentales, habría que empezar por pensar qué es lo que no tenemos que tiene Madrid. Lógicamente no podemos compararnos, la capital de España es la capital de España. Pero salvando eso, ¿qué más nos diferencia?, ¿cuáles son los tipos de empresas que operan en una y otra?, ¿es la presencia de la Embajada China y su radio de acción?, ¿es la propia idiosincrasia andaluza?. En mi experiencia y trato con distintos actores, ya representen entidades públicas o privadas, percibo ignorancia, pero a su vez mucho interés. Y yo me pregunto, ¿interés en qué?. No conocemos las costumbres, la gastronomía, la forma de pensar o la forma de negociar, que son algunos puntos básicos, y aún así nos atrevemos, en un ejercicio de osadía, a encarar las reuniones sin más formación o información que la que escuchamos indirectamente, dando como resultado reuniones o encuentros totalmente improvisados. Pero eso sí, queremos hacer cosas en China.

En Sevilla por ejemplo, se peca de cierta condescendencia. Obviamente vivimos en una ciudad maravillosa, con un carga de Historia con mayúsculas, que ha conformado cada esquina y cada minuto de vida de nuestra ciudad. Pero ahí nos hemos quedado. Queremos equipararnos a ciudades de más de 20 millones de habitantes, y obviamos y denostamos a la comunidad china que vive a 100 metros. Desprotegemos y abandonamos las zonas comerciales donde grandes empresarios chinos desarrollan y aportan trabajo silenciosos, pero luego queremos mirar al país asiático, a sus principales ciudades, las cuales juegan en una liga a años luz. Es curioso la incongruencia, queremos China, pero sin los chinos. Si queremos llegar a China, lo primero que habría que hacer, en mi humilde punto de vista, es contactar con la comunidad local, escucharla, valorarla y recoger todo lo que nos transmiten. Y sobre eso construir. Todavía recuerdo el rechazo sistemático a un proyecto de hermanamiento que no causó furor por no ser Beijing o Shanghai. Ciudades ambas dos, imposibles de equiparar a Sevilla.

Sin ánimo de caer en estadísticas o datos matemáticos, habría que pensar cuál es la comunidad extranjera con mayor número de empresas constituidas y/o autónomos en las ciudades andaluzas. Empresas de importación y exportación, distribuidoras, logísticas, técnicas y negocios varios. Si la comunidad china no es la que más, intuyo que es una de ellas. ¿Cuánto aportan a las arcas públicas?, ¿cuánto generan en empleo?, ¿cómo revitalizan las zonas urbanas? Y la pregunta del millón, ¿qué sincronía existe entre ellas y las entidades públicas de fomento de negocios y/o atracción de inversión?.

Tú a Lishui y yo a Qingtian, como en la película. Perdonadme la broma fácil. Pero quiero centrar su atención en estas dos localidades. Una, la ciudad prefectura, la otra el condado de la misma. De ahí viene el 80% de la población china inmigrante que tenemos en nuestras ciudades. De ahí viene la población emprendedora que se lanza a iniciar negocios y prosperar. Muchos de ellos son auténticos ejemplos de la cultura de superación que consumimos en Netflix, Instagram y demás plataformas, personas con nombres y apellidos que viven al lado suyo. Personas que iniciaron una frutería o una panadería y hoy tienen negocios por toda España en sectores de mayor envergadura. Si queremos llegar a China, vayamos a la comunidad china que tenemos, y aprendamos, intercambiemos y crezcamos juntos. Y sobre todo, creemos un tejido chino español de calidad, donde al final ganamos todos, porque de eso se trata, y así lo ven ellos.