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Algunos retos de la Iniciativa del Cinturón y la Ruta

Por Sekina Sánchez del Collado*


Publicado el 16/11/2023



Iniciativa de la Franja y la Ruta y Xi Jinping. Fuente: Noticiaspia.com

La ICR es un proyecto pluralista; no existe una agenda única y unificada, lo que supone grandes retos para todos los actores participantes. El éxito en la ejecución de los proyectos de infraestructuras y comerciales se verá influenciado por la superación de los numerosos retos que puedan surgir.

Teniendo en cuenta los planes estructurales de la iniciativa, el futuro éxito del proyecto también ayudará a proporcionar a China un acceso diversificado a los mercados, lo que contribuirá a reducir los riesgos de tránsito a los que se enfrenta actualmente debido a sus múltiples disputas territoriales, y a disminuir la dependencia de los mercados de países considerados occidentales. Estas rutas también beneficiarán a China proporcionando un acceso rápido y rentable a sus principales mercados, Asia Occidental y la UE, y también desarrollarán su comercio con mercados más nuevos, como África, Asia Oriental y Rusia.

Los principales problemas a los que se enfrentan varios países implicados en el proyecto son, en la mayoría de los casos, la escasez de financiación, la debilidad de las infraestructuras y el bajo nivel técnico para el desarrollo de las mismas por parte de las empresas y administraciones locales. Sin embargo, la participación en la ICR facilitará el acceso a la inversión y contribuirá a un uso más eficiente del capital, especialmente en lo que respecta a los distintos proyectos de infraestructuras. La coordinación de proyectos con empresas y autoridades chinas también ayudará a los responsables públicos a elevar el nivel de su administración.

Al igual que en China, las múltiples rutas comerciales previstas facilitarán el acceso a múltiples mercados en todo el mundo, ayudando a los países a utilizar su potencial y a avanzar hacia sus propios objetivos y su desarrollo económico, que irá acompañado del aumento de calidad de vida para los ciudadanos de estos países. Si tienen éxito estos avances, podrían convertir a algunos de los países implicados en centros económicos clave del cada vez más cambiante mercado globalizado.

Sin embargo, se sabe que la ICR tiene una variedad de riesgos y variables que son de gran importancia. La debilidad de las infraestructuras y los bajos niveles de administración de diversos países participantes hacen que el proyecto se enfrente a riesgos políticos como la corrupción y una burocracia ineficiente. Estos riesgos políticos no son independientes, sino que también conllevan riesgos económicos, como sobrepasar el límite en los presupuestos de costes y plazos. Estos riesgos económicos pueden ser fatales para el proyecto, porque un fracaso en los beneficios esperados o un retraso en las ganancias reducirá el atractivo para los inversores privados y, por tanto, la principal fuente de financiación de futuras fases, lo que puede afectar a la confianza y la percepción a nivel internacional acerca de la ICR.

Por otra parte, los principales contratistas chinos tienen experiencia en los países de la ICR, pero las empresas emergentes de otros países que participan en la iniciativa no. Las empresas emergentes necesitarán socios reputados y un buen asesoramiento si quieren tener éxito. Existen grandes diferencias en los sistemas jurídicos en la región de los países participantes, además de que en algunas ocasiones estos sistemas jurídicos están poco desarrollados y gozan de poca credibilidad a nivel internacional, y donde abunda la corrupción empresarial y judicial. Las empresas chinas y extranjeras deben evitar verse atrapadas por empresarios o personalidades locales que buscan la utilización de las iniciativas y proyectos para sus propios fines.

Además, las disputas territoriales con estados del sur de China, como la India y Vietnam, añaden un riesgo de seguridad a la iniciativa. Estas disputas territoriales, si no se consiguen aplacar mediante acciones diplomáticas, pueden llevar a que disminuyan los niveles de confianza en China, debilitando el alto grado de compromiso y cooperación necesarios en la región asiática. Si no se contrarresta adecuadamente, este elemento podría provocar retrasos importantes o incluso la paralización total de algunos proyectos, especialmente en el caso de los corredores económicos del Sur y la ruta marítima, la parte de la ICR con acceso a la mayoría de los mercados globales y el canal para el comercio más importante. Por otra parte, la iniciativa también se enfrenta a riesgos políticos porque múltiples corredores económicos están basados en regiones dominadas económica y políticamente por los competidores de China, los Estados Unidos y, en mucha menor medida, también Rusia. Un conflicto entre estos tres países pondría en entredicho la frágil estabilidad de las respectivas regiones y reduciría considerablemente la viabilidad del proyecto.

Otro ángulo de reflexión respecto a la ICR se trata de que, en toda asociación bilateral o multilateral, se plantean cuestiones de igualdad de estatus y entendimiento hacia los respectivos intereses nacionales. Pese a que el gobierno de China haya articulado el deseo de que la ICR se adapte a los diversos planes de desarrollo nacionales, debido a que es el país impulsor puede dar lugar a que las empresas privadas y estatales chinas dominen los contratos en los países participantes a expensas de los trabajadores y las empresas locales, creando cierto descontento. Además, en muchos de estos países las relaciones entre el estado y la sociedad pueden ser tensas en ocasiones por cuestiones completamente ajenas a la ICR, como pueden ser las dificultades económicas, la desigualdad social, los desastres medioambientales, el terrorismo y las divisiones etnoreligiosas a nivel estatal. Conectar todas estas particularidades a lo largo de la extensión geográfica de la ICR resultará extremadamente difícil.

Pese a todos estos retos, considero que, si todas las partes hacen el esfuerzo por colaborar y priorizan el desarrollo común, esta iniciativa puede llegar a ser un gran motor para la multipolaridad y el desarrollo económico y social a nivel global.

 


Referencias: Sekina Sánchez del Collado, TRABAJO FIN DE GRADO 22/23: La Nueva Ruta de La Seda: Potencialidades, retos y su recepción a través de la prensa internacional



*Nota: Las ideas contenidas en las  publicaciones de Cátedra China o de terceros son responsabilidad de sus autores, sin que reflejen necesariamente el pensamiento de esta Asociación.

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