¿Nueva era España-China?
Actualizado: 4 jul 2022
La más reciente crisis en España se saldó con un afianzamiento singular de las relaciones con China. Lo certifican los datos en el orden económico, con cifras históricas, pero igualmente en otros ámbitos sensibles como la tenencia de deuda. En los últimos años aumentó sustancialmente el intercambio comercial, la inversión china, el turismo chino, las relaciones culturales y educativas en su conjunto, incluyendo la presencia de estudiantes chinos en España, etcétera. ¿Tendrán alguna consecuencia cualitativa estos nuevos datos?
China y España comparten desde 2005 una alianza estratégica integral. En su día, este marco era reflejo de cierta excelencia del statu quo en las relaciones bilaterales. Hoy, probablemente, se antoja esquivo, en parte porque la figura, en su día expresión de excepcionalidad, hoy no lo es tanto ya que son muchos los países acogidos a dicha fórmula. Pero también porque la situación de ambas partes, más de una década después de su establecimiento, se modificó en aspectos importantes. No es solo que la relevancia económica de España haya mermado mientras China ascendió a la condición de segunda potencia económica del mundo. La influencia de España en el contexto europeo y latinoamericano constituía un valor añadido de interés para China. Hoy, sin embargo, cabe reconocer que la credibilidad hispana se ha deteriorado en ambos escenarios y Pekín opta por prescribir una especie de “acupuntura diplomática” que, aplicada capital a capital, beneficia a otros competidores. En el escenario europeo, hoy dispone de más valedores y en el latinoamericano, los ecos de la hipotética triangulación se han evaporado. Residualmente, China puede ver con buenos ojos la mediación del expresidente Rodríguez Zapatero en Venezuela, un país donde ha invertido mucho en los últimos años.
*Nota: Las ideas contenidas en las publicaciones de Cátedra China o de terceros son responsabilidad de sus autores, sin que reflejen necesariamente el pensamiento de esta Asociación.